BUENOS AIRES - El presidente de Argentina, Alberto Fernández, sufre una hernia de disco lumbar y deberá guardar reposo, después de ser trasladado este martes a un centro de salud de Buenos Aires debido a fuertes dolores en su espalda, informaron fuentes oficiales.
Según el parte médico de la Unidad Médica Presidencial, a Fernández se le efectuaron "los estudios correspondientes, evidenciándose una hernia de disco lumbar".
Noticias de Florida 24/7 en Telemundo 51.
Por este motivo, será sometido a "un bloqueo radicular programado en 48/72 horas", al tiempo que "se le indica reposo y adecuar sus actividades" en la residencia presidencial de Olivos.
Previamente, se había dado a conocer que el mandatario presentaba "un cuadro de dolor lumbar agudo", por lo que se le efectuarían las pruebas pertinentes.
Manténte al tanto de las noticias locales y del estado del tiempo. Suscríbete a nuestros newsletters gratuitos aquí.
Fernández fue acompañado por su custodia al Sanatorio Otamendi, una clínica privada del barrio capitalino de Recoleta, para someterse a estudios de diagnóstico.
Alberto Fernández, de 63 años, debió ser ingresado en un hospital en junio de 2019 por una tromboembolia pulmonar.
Por entonces, parte de sus síntomas fueron "presión en la espalda" acompañado por dolores en la garganta y en una de sus piernas y dificultades para respirar, según describió el propio Fernández.
En ese momento, el jefe de Estado todavía era candidato a presidente y su médico de cabecera, Federico Saavedra, le "recomendó" hacer reposo por 48 horas en el hospital para evaluar su estado de salud antes de brindarle el alta.
"Me detectaron una fuerte inflamación en la pleura. Había tenido un antecedente de un pequeño coágulo en el pulmón en 2008. Me dieron, por vía intravenosa, medicación para calmar el dolor y, ya que estaba internado, mi médico me dijo que me quedara y me hiciera un chequeo general", había comentado Fernández en esa oportunidad.
Además, en noviembre del año pasado, durante la cumbre del G20 celebrada en Bali (Indonesia), el presidente se descompensó y sufrió un desmayo que, más tarde, fue diagnosticado como una gastritis erosiva con signos de sangrado.
Después del tratamiento médico, reanudó sus actividades normalmente.