CIUDAD DE PANAMÁ - "Te voy a dar una sorpresa inolvidable". Ese fue el mensaje que el exesposo de Angeline Batista le dejó el día antes de que le disparara tres balazos a quemarropa. Sobrevivió milagrosamente, pero quedó en una silla de ruedas, cambiando su vida para siempre.
Ahora, apoya a otras víctimas de violencia machista en Panamá, donde debe mejorar el sistema de protección.
Noticias de Florida 24/7 en Telemundo 51.
>Aunque le pareció "extraño" el mensaje, Batista le dijo a EFE que no le hizo caso porque "nunca" pensó que el hombre con el que se había casado y del que ya estaba separada, en un nuevo intento por escapar de un círculo vicioso de abusos, trataría de matarla en la oscuridad de la noche a las puertas de la casa de su madre, con la que vivía desde hacía varios meses.
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>Las balas impactaron en el pecho de esta mujer que entonces contaba con 36 años, rompiendo sus costillas, rozando su hígado y un pulmón, y lesionando de forma irreparable su vértebra T8.
"Me estaba muriendo, literalmente, desangrándome por dentro", afirmó Batista, que recordó con una calma pasmosa que pese a la gravedad de sus heridas nunca perdió la conciencia.
Sigue agradeciendo a Dios que los vecinos la socorrieron rápidamente y que muy cerca estuviera el hospital donde la atendieron.
"Estaba contenta porque estaba viva, pero de todas maneras" la noticia de que nunca volvería a caminar "me golpeó muy duro. Cuando te lo dicen es un impacto muy fuerte", confesó esta sobreviviente.
Angeline Batista tuvo, dentro de todo y como ella misma reconoce, suerte. En 2018, el año en que cambió su vida, fueron asesinadas en Panamá 39 mujeres (20 feminicidios y 19 muertes violentas). Otras 14, una de esas ella, fueron víctimas de tentativa de feminicidio.
Y en lo que va de este año, han ocurrido 31 homicidios de mujeres, 10 feminicidios y 21 muertes violentas, sin registro de tentativa de feminicidio, según las estadísticas de la Fiscalía.
Las señales se diluyen en la normalización de la violencia
"Las mujeres normalizamos la violencia". La falta de información ayuda a esto, aunque afortunadamente la situación está cambiando, asegura Batista, que ahora es abogada y trabaja con la fundación Vida Mujer, dedicada precisamente a dar apoyo a las víctimas de violencia de género en Panamá.
"En ese momento yo te puedo decir que no había información, el tema era tabú, no se hablaba tanto como se habla hoy, con organizaciones como en la que estoy, que sensibilizan, concientizan a la mujer para darle esa herramienta, para decirle ‘sabes qué, ahí hay una bandera roja, hay una señal, sal a tiempo, te puede pasar esto’", ser una víctima de tentativa de feminicidio.
Batista fue manipulada, golpeada y chantajeada emocional y económicamente por el hombre que, finalmente, intentó acabar con su vida y que, una vez condenado a 21 años de prisión, aún le reclamaba: "Eres mi esposa".
"Parece mentira, pero una de las cosas que yo normalizaba era ‘no puedes estudiar, no puedes ponerte ese labial, no puedes usar tacones, no te puedes maquillar’. Y eso es violencia. Y fueron unas de las primeras señales", razona.
"El sistema de Justicia a mí me falló en muchos aspectos. A mí me disparan teniendo una boleta de protección en la mano. Medidas de protección que no fueron tan eficaces. Un sistema que tal vez no llevó la situación de la mejor manera", analizó Batista.
También fue duro el camino para que el agresor fuera capturado pese a que no estaba en paradero desconocido.
"Mi agresor estuvo un año prófugo, a mi agresor lo tuve que buscar yo para poder recibir esa justicia que demoró cuatro años en llegar, porque fue hasta febrero de este año que yo logré el juicio. Una condena de 21 años no me va a devolver todo lo que he perdido, tuve que luchar por esa condena porque querían darle menos tiempo", agregó.
La Policía Nacional informó que entre enero y el 18 de septiembre pasado recibió de parte del Ministerio Público (Fiscalía) 9,308 medidas de protección de víctimas de violencia de género y violencia doméstica, y que realizó 6.348 visitas para dotar a las víctimas de "herramientas para que sepan dónde acudir y cómo actuar, en caso tal que sus agresores vuelvan a atacarlas".