WASHINGTON — El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, rechazó el martes las acusaciones hechas la víspera por Estados Unidos, de que seis antiguos y actuales oficiales militares rusos trataron de infiltrar computadoras para desvirtuar las elecciones en Francia, las Olimpiadas de Invierno y diversos negocios y hospitales estadounidenses y surcoreanos.
Dijo que Rusia y los servicios especiales rusos “nunca han realizado ningún ataque de piratería, especialmente contra los Juegos Olímpicos”.
“Esto se asemeja a las recaídas que ocurren con regularidad de la rusofobia desenfrenada, que, por supuesto, no tienen nada que ver con la realidad”, aseguró Peskov.
Los documentos revelados el lunes por el Departamento de Justicia de Estados Unidos no acusan a los militares rusos de tratar de interferir en las elecciones estadounidenses, pero estos militares son miembros de la misma unidad acusada de orquestar la injerencia rusa en las elecciones de Estados Unidos en 2016.
Los militares señalados, todos oficiales de la agencia de inteligencia militar rusa conocida como GRU, fueron acusados por los fiscales de desestabilizar o castigar a los enemigos percibidos del país, en defensa de los intereses geopolíticos del Kremlin.
En total, los ataques causaron miles de millones de dólares en pérdidas y afectaron todo tipo de intereses, como el sistema de atención médica de Pensilvania, una red eléctrica que atiende a cientos de miles de clientes en Ucrania y la elección francesa, cuando se divulgaron correos electrónicos pirateados.
La acusación es la más reciente de una serie de casos entablados por el Departamento de Justicia contra hackers rusos, que a menudo trabajan en nombre del gobierno.
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Los casos anteriores se han centrado en ataques contra objetivos como Yahoo y la contienda presidencial de 2016, cuando los hackers rusos del GRU robaron correos electrónicos demócratas que se publicaron en línea semanas antes de que el republicano Donald Trump derrotara a la demócrata Hillary Clinton.
Los hackeos en este caso son “algunos de los ataques cibernéticos más destructivos, costosos y atroces que se hayan conocido”, aseguró Scott Brady, fiscal federal del Distrito Occidental de Pensilvania, donde se presentó la acusación de 50 páginas.
“Una y otra vez, Rusia lo ha dejado claro que no acatará las normas aceptadas y que, en cambio, pretende continuar con su comportamiento cibernético destructivo y desestabilizador”, dijo el subdirector del FBI, David Bowdich.