RÍO DE JANEIRO — Once candidatos se disputan las elecciones presidenciales de Brasil, pero solo dos tienen posibilidades de llegar a la segunda vuelta: el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y el actual mandatario Jair Bolsonaro.
Ambos son unos titanes políticos y ocho de cada 10 brasileños dicen que votarán por uno de ellos el domingo, según la encuestadora Datafolha. Eso dejará poco espacio para los demás retadores.
Noticias de Florida 24/7 en Telemundo 51.
Eso significa que, en lugar de propuestas nuevas y programas detallados, los dos principales candidatos han insistido principalmente en su experiencia y los ataques mutuos.
EL EXPRESIDENTE ENCABEZA LAS ENCUESTAS
Manténte al tanto de las noticias locales y del estado del tiempo. Suscríbete a nuestros newsletters gratuitos aquí.
“Ambos candidatos son muy conocidos, el voto está muy cristalizado”, comentó Nara Pavão, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad Federal de Pernambuco. Agregó que la mayoría de los votantes se decidieron hace mucho tiempo.
La elección podría marcar el regreso de la cuarta democracia más grande del mundo a un gobierno de izquierda después de cuatro años de políticas de extrema derecha, bajo el liderazgo de un presidente criticado por desafiar las instituciones democráticas, su manejo de la pandemia de COVID-19 —que mató a casi 700,000 personas— y una economía de bajo desempeño.
Los sondeos muestran a Lula con una ventaja dominante que podría incluso darle una victoria en primera vuelta sin necesidad de una segunda ronda.
Pero incluso si eso no sucede, la votación en sí marca un regreso político que parecía imposible para Lula, un extrabajador metalúrgico de 76 años que pasó de la pobreza a la presidencia.
Hace apenas cuatro años, fue encarcelado como parte de una investigación de corrupción generalizada que apuntó a su Partido de los Trabajadores y puso patas arriba la política brasileña.
La condena de Lula por corrupción y lavado de dinero lo dejó fuera de la carrera electoral de 2018 cuando las encuestas lo mostraban como favorito, lo que permitió que Bolsonaro, entonces un legislador marginal de extrema derecha, alcanzara la victoria.
Sin embargo, un año después, la Corte Suprema anuló las condenas de Lula en medio de acusaciones de que el juez y los fiscales manipularon el caso en su contra, lo que le permitió volver a postularse ahora.
En muchos sentidos, la votación del domingo es la carrera que debería haber sido en 2018 y muchos votantes son muy conscientes de ello.
Entre ellos está Antônio dos Santos, que votó por Bolsonaro en 2018 pero esta vez votará por da Silva.
“Lo que más me molesta es que cuando empezó la pandemia, (Bolsonaro) parecía estar tomándose a broma”, lamentó dos Santos, un peluquero de 55 años que vive en el barrio obrero de Rocinha, en Río. “Niños muriendo, mujeres perdiendo a sus maridos. Él no fue el hombre que creí que era”.
“Lo que me importa es ver a Brasil bien, todos trabajando, todos comiendo”, dijo.