En la Ermita de la Caridad, la bandera de Venezuela hoy estaba al lado del altar como un recuerdo de que la verdadera fe no se queda callada ni inquieta ante la injusticia.
José Joaquín Espino, párroco de la Ermita de la Caridad, aseguró: “Sabíamos que teníamos que rezar por Venezuela”.
Noticias de Florida 24/7 en Telemundo 51.
Una oración por los líderes. Seguida de una eucaristía donde además del pan y el vino estaban los símbolos de la lucha. Hasta el altar llevaron la constitución venezolana y las actas que muchos conservan como el arma que los defiende de la mentira.
Maria Teresa Morín, coordinadora del comando en EEUU con Venezuela apuntó: “Vivimos momentos de angustia cuando se nos informó que Maria Corina había sido interceptada pero esto nos da más fuerza. Hay esperanza y fe”.
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Pero más allá de las creencias religiosas. Afuera o dentro de la iglesia, la unión de los venezolanos, el día antes de la toma de investidura, es la representación de que la lucha no es sólo política sino que ha sido un reclamo por la libertad y el derecho de reencontrarse con los que han estado lejos.
En Miami la diáspora espera que este 10 de enero sea histórico. Lo esperan con fe una que quizá no moverá montañas pero que, ojalá, regrese la libertad a Venezuela.
