El incendio forestal en el suroeste de Miami-Dade se vio favorecido por la sequía y los fuertes vientos.
Las condiciones del tiempo registradas el martes en el extremo sur del condado Miami-Dade habrían facilitado la dispersión de un incendio de maleza, según datos meteorológicos.
Se reportaron ráfagas de viento de hasta 20 mph y bajos niveles de humedad relativa, en un contexto en el que apenas un día antes la zona se encontraba bajo un Aviso de “Bandera Roja” por elevado riesgo de incendios. Estas condiciones de sequía y viento propiciaron un entorno especialmente vulnerable para la propagación del fuego.
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En estos momentos, gran parte del interior del condado se encuentra en el Nivel 3 de intensidad de sequía (calificado como “Severo”), y no se descarta un agravamiento de la situación con la próxima actualización, prevista para este jueves.
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De acuerdo con registros climatológicos, el sector presenta un déficit de casi 3 pulgadas de lluvia desde inicios de 2025.
Además, el pronóstico del Centro de Predicción Climatológico para los próximos tres meses indica un 40% de probabilidad de que continúe un patrón de precipitaciones por debajo del promedio, lo cual podría complicar aún más los esfuerzos de contención de incendios en el futuro.
Durante las horas de la tarde, el humo procedente del incendio se percibió a varios kilómetros de distancia, e incluso se detectó la presencia de un foco secundario en la zona de los Everglades, captado por nuestro Radar Doppler 51. Conforme avanzó la noche, la señal de humo se fue disipando, probablemente a causa de una disminución en la intensidad de las llamas.
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En su reporte más reciente, el Servicio Forestal de la Florida estimaba que al menos 3,600 acres habían resultado afectados, con un 20% de contención del siniestro; cifra que podría variar a medida que avanzan las labores de control.
Desde el punto de vista meteorológico, se prevé un incremento súbito en la humedad relativa —que esta tarde se encontraba por debajo del 35%—, alcanzando niveles superiores al 70% durante la noche y la madrugada.
Asimismo, se anticipa una disminución de los vientos e incluso intervalos de calma, factores que deberían contribuir a los esfuerzos de extinción del incendio y a prevenir su propagación.
