Sentencia de cadena perpetua alivia dolor de madre de joven asesinada por compañera de gimnasio

Yvonne Serrano, la mujer acusada de asesinar a Daniela Tabares, de 21 años, acaba de ser condenada a cadena perpetua, ahora tiene 30 días para apelar su sentencia.

Telemundo

Después de cinco años muy difíciles para Isabel Tabares, la madre de Daniela, dice que siente alivio porque se hizo justicia, luego que la asesina de su hija fuera juzgada.

“Hubo momentos en los que pensé que la justicia no la iba a tener. Que no habría justicia. Que sería como en nuestros países, que la justicia puede ser comprada, cambiada por cualquier cosa”, precisa Tabares, quien luego de larga espera acota: “Valió la pena toda esa espera, fue muy larga, pero valió la espera”.

Yvonne Serrano, la mujer acusada de asesinar a Daniela Tabares, de 21 años, acaba de ser condenada a cadena perpetua, ahora tiene 30 días para apelar su sentencia.

“A ella nada me la va a devolver pero tener ese sentimiento de que se hizo justicia, de que ese crimen no quedó impune, te da un poquito de tranquilidad en el corazón, en el alma”, confiesa la madre de Daniela.

Imágenes que pertenecen a la madrugada del crimen ocurrido el 23 de noviembre del 2019, muestran a Daniela y a su agresora, fueron a un bar junto a sus compañeros de gimnasio. A ambas mujeres se les ve salir juntas, pero cinco horas después, Serrano llamó al 911 para decir que, frente a su casa, dentro de un auto, estaba el cuerpo de una mujer a quien no conocía”.

Según reveló la investigación, después de disparar, Serrano entró a su casa, borró todos los videos de su cámara de seguridad, lavó su ropa porque tenía sangre y luego, llamo a la policía.

“Yo lo que entendí es que esta señora se llenó de rabia contra mi hija porque estaba celosa. Daniela era joven, bella, y había un chico que la estaba rondando. Pero la señora estaba rondando al chico. A él lo llevaron como testigo a la corte y le dijo: ‘es que a mí la que me interesa es la de crespos, y le señaló a mi hija”, cuenta la madre de la víctima.

Daniela nació en Cali, Colombia, pero vino a Estados Unidos cuando niña. Aquí estudió, consiguió su primer empleo y se ganó el cariño de quienes la conocieron.

“Yo no fui al cielo. Ella se fue al cielo, pero yo baje el cielo a mi casa. Su cuarto sigue igual porque a mí me siguen llegando regalos de mucha gente para Daniela. El muñeco. La flor. El ángel”, enumera orgullosa la madre de la joven.

Según Isabel, mantenerlo todo intacto es sentir que su hija no se ha marchado que sigue con ella.

“Hay fotos de ella por donde quiera, porque el cielo esta aquí en mi casa. A la entrada tengo la foto de ella sonriendo y no sé, me dirán loca, pero ella es la que me saluda siempre cada vez que entro aquí a la casa”, relata sonriendo la madre de la joven asesinada.

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