“Me siento muy triste y preocupada, porque los recursos con los que contaba para alimentarme durante este mes, los perdí”, nos dijo Daisy al salir de la oficina del Departamento de Niños y Familias. “Me dieron una planilla y me explicaron cómo hacer la reclamación”, agregó con la voz entrecortada.
El pasado 20 de marzo, la anciana de unos 70 años, realizó una compra de agua en un mercado de Miami. “El saldo que me quedó fue 284 dólares”, asegura mientras enseña un recibo. “Dos días después regresé para comprar otras cosas y cuando fui a pagar con mi tarjeta de los food stamps, el dinero había desaparecido. ¡Solo tenía un centavo!”.
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Lo primero que hizo fue llamar al Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), a través del número que aparecer en el reverso de su tarjeta: “Me explicaron que me habían hackeado la información y que todas las compras las hicieron un mismo día, pero no en Miami, sino en Philadelphia. Yo ni siquiera conozco esa zona”.
Fuera de cámara, un empleado de la oficina donde conocimos a Daisy, en el 9766 SW y la calle 24, en Miami, nos explicó que diariamente llegan entre 20 a 30 personas con su misma denuncia: que les robaron los cupones de comida.
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Otros condados de Florida también reportan un aumento en este tipo de robos. Marcos López, alguacil del condado Osceola, advierte sobre los peligros de proporcionar información personal en respuesta a mensajes sospechosos, por ejemplo, a través de WhatsApp o Facebook, “ya que esto podría comprometer la seguridad de sus datos”, advierte.
En algunos casos, los delincuentes se aprovechan de descuidos de los empleados de tiendas o supermercados para implantar dispositivos en las máquinas lectoras de tarjetas, los cuales capturan toda la información del cliente, incluido el número PIN.
Para prevenir estos robos, se recomienda no dejar la tarjeta a la vista, cambiar el número PIN con frecuencia y revisar regularmente el saldo para detectar cualquier actividad fraudulenta a tiempo. Además, es crucial reportar cualquier transacción sospechosa dentro de los 90 días posteriores, de lo contrario, las víctimas no podrán recibir un reembolso del dinero perdido.
Local
Daisy, quien depende de estos beneficios, clama por recuperar su dinero, "porque como puedes ver, yo soy una persona mayor y enferma. Ese es mi sustento".
Hasta ahora la Policía de Miami Dade no nos ha confirmado si investigan este y otros casos similares.