Hace dos años, el incinerador de residuos del condado de Miami-Dade en Doral sufrió un incendio que desató una lucha entre los líderes locales y los residentes para evitar su reconstrucción en la ciudad. Desde entonces, la polémica no ha cesado, y el debate sobre dónde construir un nuevo incinerador se ha intensificado, ahora con un factor que podría agravar la situación: un costo estimado que podría llegar a los 400 millones de dólares.
La alcaldesa de Doral, Christi Fraga, junto con otros líderes locales, ha sido enfática en su postura: reconstruir el incinerador en Doral no es una opción favorable. Sin embargo, las autoridades del condado de Miami-Dade, incluida la alcaldesa condal Daniella Levine Cava, han mantenido sobre la mesa la posibilidad de que la nueva planta se erija nuevamente en Doral, argumentando que es la opción más económica.
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El debate se centra en dos aspectos clave: la ubicación del nuevo incinerador y los costos asociados a su construcción. Por un lado, la opción preferida por la administración del condado es un sitio alternativo, el antiguo aeropuerto Opa-locka West, ubicado cerca de North Okeechobee Road y la calle 186 del noroeste. Esta ubicación, según las autoridades, podría resolver el problema alejando la planta de las zonas residenciales.
Sin embargo, la opción de trasladar el incinerador fuera de Doral tiene un costo elevado. Algunos miembros de la comisión del condado consideran que mover la planta a otro lugar podría requerir un desembolso mayor, al que Doral debería contribuir significativamente. El comisionado que representa a la ciudad en el condado ha señalado que los valores inmobiliarios en Doral aumentarían una vez que la planta desaparezca, lo que justifica una inversión financiera considerable por parte de la ciudad.
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"Doral debería estar preparado para invertir una cifra sustancial si realmente quieren mover esta planta", explicó el comisionado, refiriéndose a la posibilidad de que la contribución de la ciudad podría llegar a los 400 millones de dólares, muy por encima de los 20 millones inicialmente comprometidos por el consejo de Doral.
El incremento en el costo proyectado se debe a varios factores. La nueva planta no sería una simple reconstrucción de la anterior, sino un proyecto más ambicioso. "Ellos quieren construir una planta más grande y moderna, con un campus completo, algo que nunca existió en Doral", expresó la alcaldesa Fraga, cuestionando el verdadero alcance del proyecto. Esta expansión incluiría no solo una planta de residuos, sino también una estación de transferencia, mantenimiento adicional y costos inflacionarios, lo que inflaría el presupuesto considerablemente.
La preocupación de los residentes y líderes de Doral es clara: no solo se oponen a la construcción de una planta de residuos en su ciudad, sino que además rechazan la idea de que la comunidad deba asumir el costo financiero de un proyecto que beneficiará a todo el condado. "No es justo que Doral pague por el futuro del condado en lo que respecta al manejo de desechos", declaró Fraga.
Local
En un intento por encontrar una solución, las reuniones entre los abogados de Doral y del condado de Miami-Dade continúan. Ambos lados buscan llegar a un acuerdo que defina tanto la ubicación final del incinerador como la distribución justa de los costos.
El tiempo apremia. La próxima reunión de la comisión del condado sobre el tema está programada para el 6 de noviembre, apenas un día después de las elecciones generales. Mientras tanto, el consejo de Doral ha convocado una reunión el 23 de octubre para debatir sus próximos pasos en esta larga batalla.