MIAMI, Florida - A ocho años de los primeros casos reportados del enigmático Síndrome de la Habana, el tema sigue siendo motivo de preocupación en Washington. Algunos legisladores se resisten a aceptar las conclusiones existentes, que descartan la existencia de una fuerza coordinada detrás de los padecimientos de decenas de diplomáticos, insistiendo en que aún hay información desconocida.
Dos movimientos significativos han tenido lugar en las últimas dos semanas en la capital estadounidense. El más reciente, trascendió el 12 de febrero, cuando el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes anunció una investigación sobre cómo las agencias de inteligencia de Estados Unidos revisaron los casos del llamado Síndrome de la Habana. Según informes, el congresista republicano por Arkansas, Rick Crawford, envió una carta con contenido clasificado a la Dirección Nacional de Inteligencia, y la investigación abordará "alegaciones de supresión inadecuada" en la información entre agencias federales y el Congreso.
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Previamente, el 7 de febrero, los congresistas Brad Wenstrup y Abigail Spanberger, demócrata y republicano respectivamente, presentaron la Propuesta de Ley 7305 en el Congreso. Esta busca "instruir al Secretario de Defensa a proporcionar actualizaciones al Congreso y al Senado sobre incidentes de salud anómalos en miembros de las Fuerzas Armadas y empleados civiles del Departamento de Defensa".
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En 2022, un informe de la CIA calificó como "muy poco probable que un estado adversario estuviera detrás de estos incidentes".
La Casa Blanca ha reiterado su apoyo a los diplomáticos que reportaron estos incidentes en múltiples naciones. Inicialmente catalogados como incidentes sónicos, estos comenzaron en la embajada de EEUU en La Habana, señalando a Rusia como sospechoso principal de una potencial campaña global para atacar a estadounidenses.
A pesar de los esfuerzos del Congreso, es importante señalar que su poder es limitado y se requieren legislaciones como la propuesta por los congresistas para exigir acceso total a las agencias. El futuro de estas investigaciones sigue siendo incierto.
