“Después de tres víctimas en este accidente y haber enterrado a dos, a mi mamá y a mi prima, por lo menos teníamos la esperanza de que mi tía iba a sobrevivir, aunque fuera con muchas limitaciones”, confiesa Smeider Rodríguez, familiar de la mujer que este martes perdió la vida.
Esas esperanzas se apagaron cuando Liliana Hernández Molina, de 66 años, dejó de respirar en un centro de rehabilitación donde permanecía internada fue la única mujer que sobrevivió a un trágico accidente ocurrido hace cinco meses en Hialeah.
“El sufrimiento va a ser para siempre pero el que tenemos ahora es demasiado grande. Yo no se como estoy hablando con usted. Ella estaba bien, respiraba, y cuando le preguntaba algo, me respondía con la mirada, porque esa era la manera que teníamos de comunicarnos. Ella no podía hablar por una traqueotomía”, recuerda Bob García, quien sacó fuerzas para hablar, en medio de su dolor. En el accidente murió su hija, Yarina García, de 39 años, su cuñada, Gloria Hernández, de 71, y ahora, quien fuera su esposa por 43 años.
“No nos imaginamos nunca esto que nos está pasando … es un dolor muy fuerte, que no tiene explicación, por qué a nosotros”, se cuestionan.
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Los investigadores recuperaron registros de la computadora del auto que habría provocado el accidente y llegaron a la conclusión de que el “joven estaba transitando a más de ochenta millas por hora, dos segundos antes del impacto con el auto en el que viajaban las tres señoras”, explica Eddie Rodríguez, de la policía de Hialeah.
El conductor fue identificado como Maykoll Santiesteban, de 15 años, con el viajaban otros tres menores. La investigación reveló además que el joven se había llevado sin permiso el auto de sus padres.
Santiesteban será juzgado como un adulto, la fiscalia argumentó que por la gravedad de los delitos, no debe ser liberado bajo ninguna circunstancia, hasta que reciba sentencia.
Local
Ahora a la familia solo le resta esperar por la justicia. “Son tres mujeres que merecen justicia y la familia, que las hemos perdido, también lo merecen. Y nuestra familia que está en Cuba, también merece que nosotros, desde aquí, luchemos por esa justicia”, dijo Osmeider Rodríguez.