MIAMI, Florida - Otro domingo de protestas se desató en las afueras del Miami Seaquarium, justo cuando vencía el plazo otorgado por el condado Miami-Dade a la compañía que opera la instalación para abandonar la propiedad. Activistas, como Karla Munguía, expresaron su indignación por las condiciones en las que se encontraron los animales marinos.
Munguía, quien viajó desde México a Miami, lamentó encontrar el Seaquarium aún operativo: "Pensaba que iba a estar cerrado y me encuentro que no, que sigue abierto, y la gente sigue entrando".
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En marzo, el condado anunció la terminación de su contrato de arrendamiento debido a violaciones detectadas por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. La alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, lamentó que la compañía no haya cumplido con la obligación de mantener el lugar en buenas condiciones y garantizar la seguridad y el bienestar de los animales bajo su cuidado.
Por su parte, Eduardo Albor, presidente de The Dolphin Company, propietaria del Seaquarium, señaló que están dejando que la corte decida, mientras buscan que se cumpla el contrato. El Seaquarium permaneció abierto este domingo, sin planes aparentes de mudanza, sino con una demanda federal contra el condado.
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La demanda alega incumplimiento de contrato y daño a la reputación del Seaquarium. Afirma que, si no pueden acceder a la propiedad, los animales sufrirán e incluso podrían morir. El jueves, el Departamento de Agricultura publicó el informe de una inspección que señalaba la falta de veterinarios, lo que había llevado a que algunos animales no recibieran atención de rutina durante más de un año.
La situación se torna aún más sombría con la noticia del fallecimiento de Julieta, una manatí trasladada a Tampa. Su muerte, sumada a las condiciones en las que se encontraban otros animales, como Romeo, ha aumentado la indignación de los activistas. Munguía reiteró su llamado a la conciencia del público: "No vengan a estos lugares... No vengan".
Hasta el momento, el condado Miami-Dade no ha comentado sobre la demanda en su contra ni ha revelado sus planes futuros. Mientras tanto, los manifestantes prometen mantener su presencia en las afueras del Seaquarium cada domingo, mientras el lugar siga operativo.