Cuba

Mercado de Tercera y 70 en La Habana: Símbolo de desigualdad y burla popular

El mercado se ha vuelto famoso por una práctica insólita: el cambio se entrega en caramelos.

Telemundo

Desde su apertura, el mercado de Tercera y 70 en La Habana no ha dejado de generar controversia. A diferencia de otros establecimientos en la isla, sus estantes están repletos de productos, pero hay un detalle que lo hace inaccesible para la mayoría de los cubanos: sus precios están en dólares.

Esta peculiaridad no solo choca con el discurso oficial de que la isla mantendría la moneda nacional como eje de su economía, sino que además ha desatado el descontento de quienes ven en este mercado un reflejo de la brecha económica cada vez más evidente en el país.

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Más allá de la exclusividad de sus precios, el mercado se ha vuelto famoso por una práctica insólita: el cambio se entrega en caramelos. Ante la falta de moneda fraccionaria, los clientes han tenido que aceptar dulces en lugar de su dinero, una medida que, lejos de calmar los ánimos, ha generado indignación y burlas.

"La gente debería ir a comprar con caramelos… pero ni caramelos tienen", ironiza un habanero ante la situación.

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Las autoridades han intentado justificarlo. Yamilet Álvarez, representante de Tiendas Caribe, reconoció la polémica, pero restó importancia a las quejas:

"Más que inconformidades, esto lo que ha generado es un ánimo de burla… de ridiculización".

Sin embargo, en las calles la realidad es otra. Para muchos, la práctica de entregar caramelos en lugar de dinero es un recordatorio de la falta de liquidez en el país y la improvisación con la que se manejan problemas esenciales.

"Hemos vuelto al trueque, como en la época de los indios", comenta otro residente con sarcasmo.

El gobierno insiste en que la dolarización de la economía es "parcial", pero la expansión de tiendas en moneda extranjera bajo el control del conglomerado militar GAESA sugiere lo contrario. Para muchos cubanos, estos establecimientos representan un muro invisible que divide a quienes tienen acceso a divisas y quienes no.

"El que no tenga un familiar en el extranjero, no puede comprar aquí. ¿Cómo les van a poner esos precios en dólares y tan caros?", se queja un ciudadano.

Mientras tanto, los que no tienen divisas ni siquiera intentan entrar al mercado de Tercera y 70. Y, como si no existieran, tampoco aparecen en los reportajes de la televisión cubana.

El nuevo modelo de economía en la isla parece haber encontrado su propia moneda de cambio: el acceso restringido y la desigualdad disfrazada de progreso.

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