El emblemático Malecón de La Habana fue hoy escenario de una marcha convocada por el gobernante designado Miguel Díaz-Canel, en lo que se presentó como una "reafirmación revolucionaria" frente a la Embajada de Estados Unidos en Cuba. Sin embargo, la iniciativa no estuvo exenta de controversias, reflejando el descontento creciente de muchos cubanos hacia la gestión del régimen en un contexto de crisis económica y social que parece no dar tregua.
La marcha, promocionada como una respuesta al "bloqueo económico" de Estados Unidos, congregó a simpatizantes del gobierno que, bajo consignas patrióticas, expresaron su rechazo a las políticas estadounidenses hacia la isla. Giovanni Barrueta, organizador y participante de la manifestación, destacó que el propósito fundamental era defender la soberanía cubana:“Protestar contra el bloqueo es un acto de dignidad y amor por nuestra patria", declaró.
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>Sin embargo, activistas y ciudadanos que no participaron en la marcha la calificaron de un acto vacío que ignora los problemas reales del país. Edel Carrera, autor del libro Cocinando Libertad, expresó:
“Es una perfecta manera de malgastar recursos. Después de esa marcha, el 70% de los cubanos seguirá con el refrigerador vacío, sin comida, con miseria y hambre".
Previo a la marcha, una sátira musical generada con inteligencia artificial se volvió viral en las redes sociales, capturando el sentir de muchos cubanos que consideran las manifestaciones oficiales como inútiles. La canción, titulada “Si me preguntas, que vaya Sandro,” hace alusión a Sandro Castro, nieto del fallecido dictador Fidel Castro, quien se convirtió en un símbolo de la desigualdad en la isla tras la ostentosa celebración de su cumpleaños en medio de cortes masivos de energía eléctrica.
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>“Me representa porque soy ese cubano de a pie que no tiene buena vida, que no tiene lujos y no vive en una casa buena”, añadió Edel Carrera al referirse al tema, que se ha convertido en una especie de himno del descontento popular.
En respuesta a la creciente crisis energética, el régimen asegura que trabaja para estabilizar la situación. Manuel Marrero, primer ministro de Cuba, reconoció públicamente:“Tenemos la insatisfacción de que no se ha avanzado lo necesario.”
La solución, según el gobierno, incluye la designación del nonagenario Ramiro Valdés Menéndez al frente del programa de recuperación del sistema electroenergético nacional, una medida que ha sido recibida con escepticismo por muchos.
Local
A pesar de los esfuerzos del régimen por enmarcar la marcha como un acto patriótico, las críticas persisten. Las calles de Cuba siguen reflejando un panorama sombrío: farmacias vacías, esquinas llenas de basura y una población que lidia con la precariedad diaria.
“Nada va a cambiar. Esa marcha es algo inútil que no resuelve ningún problema,” concluyó Carrera, sintetizando el sentir de muchos cubanos que ven en estas manifestaciones oficiales una desconexión total con la realidad de la isla.