Lo que debía ser una celebración culminante del fútbol sudamericano se convirtió en un tumulto caótico durante la final de la Copa América en Miami. Entre los arrestados estaban el presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Ramón Jesurún, y su hijo Ramón Jamil, tras un enfrentamiento con el personal de seguridad del estadio.
Ramón Jesurún, conocido también por su papel como vicepresidente de la CONMEBOL y representante ante el Consejo de la FIFA, relató su versión de los hechos, acusando a un guardia de seguridad de desencadenar el incidente. "Un guardia de seguridad, de esos que quieren hacerse los importantes, la desconoció [la autoridad de acceso total de Jesurún], le insistí en que podía entrar y me empujó, y ahí se armó un tumulto ridículo, injusto, donde atropellaron niños... investiguen", declaró Jesurún.
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>Según el informe policial, tanto Jesurún como su hijo intentaban acceder a la cancha y, al encontrar el acceso cerrado, confrontaron al personal de seguridad. El altercado escaló rápidamente y los informes detallan que ambos hombres empujaron, agarraron por el cuello y patearon a un empleado, quien tuvo que ser trasladado al hospital.
Ramón Jamil, el hijo de Jesurún, expresó su frustración sobre cómo se ha manejado la situación: "Creo... por lo poco que he escuchado, que han contado la historia como no es... al fin y al cabo somos humanos, a cualquiera nos puede pasar eso y bueno, ya nos manifestaremos de forma oficial".
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>Jesurún se defendió de las acusaciones, insistiendo en que no golpeó a nadie y que el informe policial no refleja la realidad de los hechos. "Por culpa de ese hombre hubo niños atropellados... yo me defendí... yo no golpeé a nadie... eso es lo que dice el informe, pero miren el video", reclamó el presidente de la Federación Colombiana de Fútbol.
La alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, rechazó la idea de que la falta de policías en el estadio fuera el problema, destacando que había más de 800 oficiales y miembros de otras agencias presentes, en comparación con los poco más de 300 que suelen estar en el Super Bowl.
El caos comenzó con la llegada masiva de fanáticos sin boletos, quienes intentaron acceder al estadio de cualquier manera posible, ya fuera por las puertas, escalando muros y cercas, o incluso intentando ingresar a través del sistema de aire acondicionado. Fernando Pérez, otro de los arrestados durante el evento, señaló la frustración de aquellos que, a pesar de tener boletos, se quedaron fuera debido al cierre de las puertas por parte de la policía. "Las personas que teníamos boletos nos quedamos afuera... la policía decidió cerrar las puertas y no entramos", comentó Pérez.
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El resultado de la noche fue de 27 personas arrestadas y 55 fanáticos expulsados del estadio. El incidente ha levantado interrogantes sobre la seguridad y la gestión de grandes eventos deportivos, especialmente cuando la pasión de los fanáticos se desborda. Las autoridades y las organizaciones deportivas deberán revisar lo sucedido para evitar que una situación similar vuelva a ocurrir en el futuro.