Un hombre cubano que, en la década de los 90 fue acusado de intento de asesinato, cumplió su condena de 15 años, pero después pasó 11 años más bajo la custodia del servicio de inmigración y aduanas. Un reportaje del Miami Herald dice que fue tanto el tiempo que pasó detenido en Krome, que sus compañeros le comenzaron a llamar "abuelo" Y ahora esta desamparado.
El Servicio de Inmigración y Aduanas dice que trataron de deportarlo a Cuba varias veces. Telemundo 51 conversó con él y nos dijo que cree que salió de la cárcel por el coronavirus.
En un hotel, cerca del Aeropuerto Internacional de Miami y encerrado cumpliendo una cuarentena, se encuentra Heriberto del Valle, pero al menos ya no está tras las rejas.
“Fuera ningún norteamericano puede estar afuera por el COVID. Me siento transportado a otro mundo, esto es nuevo para mí. Yo he vivido 28 años tras las rejas, esto es nuevo todo para mí”.
Por seguridad, el hombre de 71 años sólo podía hablarnos por teléfono. En la década de los 90 cumplió una condena de 15 años por intento de asesinato, y luego pasó 11 años más detenido por ICE porque no podía ser deportado a Cuba.
“Una injusticia, una verdadera y cruel injusticia”, dice.
El Servicio de Inmigración y Aduanas comunicó que intentaron varias veces removerlo de Estados Unidos, o encontrar un lugar apropiado.
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El Miami Herald reportó su caso en diciembre, citando que registros de ICE muestran que la edad de Heriberto y sus problemas de salud lo ponen en mayor riesgo por la pandemia. Días después de ese reportaje quedó libre, cuando pensó que lo llevaban a una cita médica.
“Yo salí esposado de manos y pies esperando ir a mi consulta normal, y cuando veo, me dicen bájate del carro, que te vamos a quitar las esposas, y te vamos a soltar aquí”.
Juan Carlos Gómez, abogado y profesor de leyes de FIU, dice que su caso no es único, pero es muy particular. No solo por considerar a Heriberto como un desamparado, sino también porque es cubano.
“No hay un tratado de deportación regular con Cuba. Un país puede rechazar a una persona, simplemente no aceptarlo entonces como deportación, o expulsión, cómo se llama ahora, es un proceso si es un proceso civil y si el país no lo acepta no hay adonde enviar la persona”, dice.
“Siempre he querido salir en libertad, pero decía que yo quiero que se me haga justicia...”, dijo del Valle
Heriberto tiene una hija en Chicago a quien no ve desde que era niña. Espera poder acercarse a ella. Tambien espera recibir asistencia para poder conseguir algún tipo de vivienda.