Hoy, en un emotivo reencuentro, Marien pudo volver a abrazar a su esposo, Mario de León Díaz, un cubano con un I-220B y sin antecedentes penales, que había sido detenido por ICE y amenazado con deportación a Cuba. Este suceso ha marcado un cambio significativo en la vida de esta familia, que ha luchado arduamente por mantenerse unida.
"Me llamó y me dijo que lo iban a soltar, que lo iban a soltar," relató Marien con lágrimas de alivio y alegría en sus ojos. La angustia que había vivido durante días finalmente se disipó con esa llamada tan esperada.
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Marien explicó cómo esta liberación ha transformado su vida: "Automáticamente mi vida ha cambiado, porque tener una familia unida es lo más importante." La incertidumbre que los había acompañado durante tanto tiempo se desvaneció, permitiéndoles mirar hacia el futuro con esperanza.
"Ya no tiene que presentarse más a la cita de inmigración, nos quitamos eso de arriba," añadió Marien, aliviada por la liberación de su esposo. Hace solo tres días, en medio de su desesperación, Marien había alzado su voz para pedir ayuda y evitar la separación de su familia, ya que está embarazada de cuatro meses.
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Retrocediendo en el tiempo, el pasado martes, Mario de León Díaz, de 26 años, enfrentaba una orden de deportación debido a que no había pasado la entrevista de miedo creíble cuando se presentó en la frontera sur de Estados Unidos solicitando asilo político. Esta situación puso en jaque a la joven familia, que temía una separación irreversible.
El abogado de Mario, Eduardo Soto, presentó una demanda solicitando una Parole de emergencia, argumentando la delicada situación de su esposa embarazada. Gracias a sus esfuerzos legales y a la presión pública, la liberación de Mario se convirtió en una realidad.
"Se cumplió lo que pediste," le dijo el abogado Eduardo Soto a Marien.