El gobierno municipal de Hialeah se enfrenta a un desafío creciente: el aumento en el número de inmigrantes que llegan a la ciudad. Conscientes de las posibles consecuencias y necesidades que esto conlleva, han puesto en marcha una serie de talleres destinados a comprender la realidad de esta situación y determinar qué tipo de asistencia podría requerirse.
En este evento, participaron representantes de iglesias y del sistema escolar, quienes están atentos a las necesidades de los recién llegados a Hialeah, compartiendo sus perspectivas con los miembros del consejo municipal.
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El Pastor Enrique Alfonso, del Ministerio Unidos en el Amor, describe con gratitud y alegría la reacción de aquellos inmigrantes necesitados que reciben asistencia alimentaria de su iglesia semanalmente. Se refiere a ellos como personas a veces desesperadas, cargando no solo cajas de alimentos, sino también el peso de sus mayores necesidades.
Jacqueline Carrión, directora de Caridades Católicas, destaca la difícil realidad que enfrentan muchos de estos recién llegados, con problemas de salud y traumas emocionales. Muchos de ellos, atraviesan con dificultad el viaje hacia los Estados Unidos y llegan sin apoyo ni redes de soporte.
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En contraste, el Departamento de Bomberos y Rescate informa un aumento de 4,000 llamadas con respecto al año anterior, una cifra menor de lo esperado por el alcalde. Este último, Esteban Bovo Jr., destaca la posibilidad de que algunas personas no estén solicitando ayuda por miedo, enfatizando que ni los bomberos ni la policía preguntan por el estatus migratorio de las personas que atienden.
EL SISTEMA ESCOLAR RECIBE LOS RECIÉN LLEGADOS
En el ámbito educativo, representantes del sistema escolar de Miami-Dade aseguran que todos los estudiantes son bienvenidos. Sin embargo, las cifras muestran una disminución en la matrícula de estudiantes recién llegados. Este año, hasta el 7 de marzo, se habían registrado 17,900 nuevos estudiantes, en comparación con los 22,000 del año anterior.
Local
En Hialeah, se observa una disminución en el número de estudiantes que inician sus estudios, con 3,500 el año pasado y 2,300 este año hasta febrero. Se señala que muchos de estos estudiantes enfrentan barreras adicionales, como la falta de dominio del idioma y la ausencia escolar durante varios años, agravadas por la pandemia de COVID-19.
Roberto Alonso, miembro de la junta escolar, explica que muchos de estos estudiantes han pasado años tratando de emigrar y superando dificultades, incluidos los períodos sin educación debido a la pandemia y otros factores.
Ante este panorama, se destaca la importancia de los programas de ayuda del sistema escolar y las organizaciones humanitarias, como Caridades Católicas, que reciben fondos para asistir a los recién llegados.
El alcalde Bovo subraya el desafío de determinar el número real de nuevos residentes en la ciudad para poder solicitar la ayuda necesaria al gobierno federal. En medio de esta incertidumbre, Hialeah enfrenta el reto de brindar asistencia y apoyo adecuados a los inmigrantes que llegan en busca de un nuevo comienzo.
