La cuenta regresiva ha comenzado, y con el plazo límite acercándose rápidamente, el Congreso de Estados Unidos enfrenta un posible cierre parcial del gobierno. Si los legisladores no logran un acuerdo bipartidista sobre el presupuesto antes de la medianoche del viernes, las consecuencias podrían impactar a cientos de miles de empleados federales, incluidos aquellos que trabajan en aeropuertos estratégicos como el Aeropuerto Internacional de Miami.
La temporada de viajes de fin de año ya está en marcha, y el Aeropuerto Internacional de Miami (MIA) anticipa un flujo récord de pasajeros. Ralph Cutie, director ejecutivo del aeropuerto, señaló que entre el 21 de diciembre y el 6 de enero, se espera recibir a más de 3 millones de viajeros, con un promedio diario de 165,000 personas transitando por sus terminales.
Noticias de Florida 24/7 en Telemundo 51.
>“Estamos preparados para manejar este aumento de pasajeros", afirmó Cutie, al tiempo que reconoció los posibles desafíos que podría generar un cierre parcial del gobierno en un momento crítico para la industria aérea.
Hasta ahora, las operaciones en el MIA no han presentado mayores contratiempos. Sin embargo, la posibilidad de largas filas y retrasos preocupa a las autoridades, especialmente si los agentes de la TSA y los controladores de tráfico aéreo se ven afectados por la falta de pago. Aunque estos trabajadores son considerados esenciales y continuarían desempeñando sus funciones, lo harían sin recibir su salario hasta que se solucione la crisis presupuestaria.
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>En palabras de Carlos Giménez, congresista por Florida, “Un cierre del gobierno no es lo ideal. Nos cuesta más dinero y pone en peligro la seguridad nacional al interrumpir la producción de materiales esenciales.”
El Congreso había logrado un acuerdo bipartidista preliminar el martes, pero el proyecto de ley fue rechazado el miércoles tras la intervención del presidente electo Donald Trump y sus aliados. Este giro inesperado en las negociaciones ha generado tensiones entre demócratas y republicanos.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, no dudó en señalar responsabilidades:
“Los republicanos arruinaron el trato, y tienen que arreglarlo dentro del periodo de tiempo para evitar el cierre.”
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Un cierre parcial afectaría no solo a los empleados federales, sino también a servicios fundamentales como los parques nacionales, los procesos de visas y pasaportes, y otros programas gubernamentales.
En las redes sociales, el director de la TSA aseguró que los agentes continuarán trabajando para garantizar la seguridad de los pasajeros, pese a la incertidumbre económica que el posible cierre representa para ellos y sus familias.
Con millones de viajeros dependiendo de un sistema aeroportuario funcional durante las próximas semanas, la falta de resolución en el Congreso amenaza con sumar presión a una temporada ya de por sí agitada. Mientras tanto, la nación observa cómo los legisladores intentan superar las divisiones políticas para evitar un cierre del gobierno que podría traer consecuencias de largo alcance.