MIAMI, Florida - En el primer día de enero de 2024, mientras la temperatura marcaba el inicio de unas vacaciones de primavera, una mujer identificada como Ms. I G experimentó una angustia que no estaba en su planificación: el presunto acoso y seguimiento sistemático por parte del acusado identificado como Roberto Janero-Quian, su ex pareja con antecedentes penales.
La situación comenzó el 14 de enero de 2024, cuando la víctima reportó que el acusado la había estado acosando y siguiendo de manera intencional y maliciosa desde octubre de 2023, incluso después de que ella pusiera fin a su relación con él. El acoso incluía la presencia constante del vehículo del acusado, un 2020 GMC Canyon plateado modificado para emitir un ruido estridente que podía escucharse desde el interior de la residencia de la víctima, generando miedo en ella y su familia.
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A pesar de los intentos de la víctima de alejarse del acusado, este continuó siguiéndola incluso después de que ella obtuviera una orden de restricción en su contra. La situación se volvió más alarmante cuando la víctima descubrió tres cartas amenazantes colocadas en su vehículo en un establecimiento en Miami Lakes el 3 de diciembre de 2023, acompañadas por un dispositivo de rastreo Apple AirTag camuflado.
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El miedo y la intranquilidad de la víctima se intensificaron el 14 de enero de 2024, cuando recibió una alerta en su teléfono celular indicando la presencia de otro Apple AirTag en el vehículo de su madre, quien también fue objeto del acoso del acusado.
Tras alertar a las autoridades, se descubrió un segundo dispositivo de seguimiento, idéntico al encontrado en el vehículo de la víctima, escondido en el repuesto del automóvil de su madre.
Después de una investigación, los detectives de Hialeah localizaron y detuvieron al acusado el 7 de marzo de 2024, quien posteriormente confesó su participación en los hechos.
A Janero-Quian lo acusan de varios cargos relacionados al hecho entre ellos acoso, violencia doméstica, entre otros. Además, tiene antecedentes penales, habiendo sido condenado en 2009 a 15 años de prisión por asesinato en segundo grado, y estaba en libertad condicional por ese delito desde 2019.
Estos eventos han dejado a la víctima y su familia en un estado de temor constante, con la víctima experimentando angustia emocional y viéndose obligada a cambiar sus rutinas diarias.
