Los casos de coronavirus en Florida llegaron el sábado a 1,821,937 luego de reportarse 7,515 nuevos positivos y 118 fallecimientos adicionales de residentes en el estado, informó el Departamento de Salud.
En total se reportaron los resultados de 136,448 pruebas con una tasa de positividad del 6.44%, con lo que se ha mantenido por debajo del 10% durante 15 días consecutivos.
En los últimos siete días se ha notificado de 50,938 nuevos casos: 7,515 el sábado, 7,617 el viernes, 8,525 el jueves, 7,537 el miércoles 7,023 el martes, 5,737 el lunes y 6,624 el domingo. El promedio de positivos al COVID-19 de la última semana es de 7,276 por día.
Miami-Dade ha tenido hasta ahora 392,842 positivos y Broward 184,110. Los dos condados son los que tienen el mayor número de personas infectadas en el estado, donde ya han muerto 28,683 residentes por el COVID-19. Otras 496 personas no residentes en el estado han muerto en Florida, para un gran total de 29,179.
En Miami-Dade han fallecido 5,141 personas por el COVID-19, en Broward 2,239, en Palm Beach 2,322 y en Monroe 42.
Además, el condado Palm Beach ha tenido 114,083 casos positivos, mientras que Monroe acumula 5,562. En el estado un total de 75,991 personas han sido hospitalizadas desde el inicio de la pandemia.
En el centro del estado, el condado Orange registra 109,087 casos y Hillsborough tiene 106,060 casos confirmados de COVID-19. En el suroeste, el condado Lee registra 55,346 positivos y el condado Collier 29,058.
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AUDITORIA TRAS PÉRDIDA DE UN MILLAR DE VACUNAS
El gobierno de Florida pidió una auditoría para descubrir cómo se estropearon más de 1.000 vacunas en el condado Palm Beach la semana pasada, informó el Departamento de Salud estatal.
En un comunicado, la agencia señaló que ha solicitado una auditoría completa a la oficina sanitaria de ese condado, luego de que fueran destruidas 1,160 dosis de vacuna por no haberse mantenido lo suficientemente refrigeradas.
El percance fue descubierto el pasado 22 de enero y, de acuerdo al Distrito de Atención Sanitaria del condado Palm Beach, se debió a un "error humano" cuando "se apagó involuntariamente" el suministro de energía de un refrigerador en una unidad móvil en el que se almacenaban las vacunas.
La pérdida involucró un total de 232 frascos de Pfizer, que equivalen a 1,160 dosis, las cuales deben preservarse a muy bajas temperaturas.
El Departamento de Salud de Florida ha pedido a las autoridades del condado que realicen "una contabilidad completa de todos los equipos y procedimientos relacionados con la vacuna que tiene para almacenar y manipular la vacuna contra el COVID-19", y pidió un informe antes del 12 de febrero.
El cirujano general de Florida, Scott Rivkees, señaló que "es una tragedia que incluso una dosis de este recurso crítico se desperdicie y no se use para salvar una vida del COVID-19".