El fallecimiento de Rolando Hernández, un inmigrante guatemalteco que perdió la vida el pasado domingo al ser arrollado por un conductor que se dio a la fuga, mientras cruzaba Broadway y la calle 40, en West Palm Beach, ha dejado conmoción en una familia.
Según las autoridades, Hernández fue impactado inicialmente por un vehículo que no se detuvo en la escena del accidente. Minutos después, un segundo automóvil, un Toyota Camry, también lo golpeó, aunque su conductor permaneció en el lugar y cooperó con la investigación.
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Mike Jachles, portavoz de la policía de West Palm Beach, informó que el vehículo responsable del primer impacto fue ubicado poco después del incidente y que una persona de interés se encuentra bajo custodia. Sin embargo, hasta el momento no se han presentado cargos.
“Estamos investigando todos los detalles para esclarecer lo sucedido y determinar las responsabilidades correspondientes”, aseguró Jachles.
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Olga Hernández Velázquez, hermana de la víctima, recordó a Hernández como un hombre noble y tímido que siempre buscaba la confianza de quienes lo rodeaban.
“Era tímido, pero una buena persona. Cuando encontraba a alguien en quien confiar, podía ser un gran amigo”, compartió Olga.
La tragedia ha golpeado especialmente a las tres hermanas de Rolando, quienes ahora enfrentan la difícil tarea de organizar el funeral y repatriar su cuerpo a Guatemala, donde su madre espera para darle el último adiós.
Local
La familia quiere enviar los restos de Rolando a su país natal pero el proceso es muy costoso. “Nos están cobrando $10,000 para trasladar el cadáver a Guatemala. Mi mamá está allá, y al menos quiere verlo por última vez. Pero nosotros no tenemos el dinero”, explicó Olga.
La familia ha pedido ayuda a la comunidad y considera organizar actividades para recaudar fondos que permitan cumplir con este deseo.
Mientras tanto, la investigación policial continúa. A pesar de tener a una persona de interés bajo custodia, las autoridades no han brindado detalles adicionales sobre el conductor que huyó tras el impacto inicial.
Pero, más allá de la justicia, su mayor deseo es despedir a Rolando con dignidad y ofrecerle un descanso eterno en su tierra natal.
