El gobierno de Estados Unidos ha vuelto a endurecer sus sanciones contra Cuba, reinstaurando la Lista Restringida, un mecanismo que prohíbe a empresas y ciudadanos estadounidenses realizar transacciones con compañías controladas por el régimen de La Habana, especialmente aquellas vinculadas a los sectores militar, de inteligencia y seguridad.
La medida, aprobada por el secretario de Estado, Marco Rubio, forma parte de la estrategia de Washington para cortar el flujo de recursos que, según el gobierno estadounidense, sostienen la estructura represiva en la isla.
Noticias de Florida 24/7 en Telemundo 51.

“Estamos negando fondos a quienes oprimen y vigilan directamente al pueblo cubano mientras controlan grandes sectores de la economía del país”, afirmó Rubio en un comunicado oficial.
Entre las entidades que ahora figuran en la Lista Restringida, destaca Orbit, una empresa de procesamiento de remesas que, según el Departamento de Estado, opera bajo el control de los militares cubanos. La inclusión de Orbit refleja la intención de Washington de restringir el acceso a divisas extranjeras, un golpe directo a la economía cubana, que depende en gran parte de las remesas enviadas por la diáspora.
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Esta medida se suma a la decisión de mantener a Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, revirtiendo así la postura que había adoptado la administración de Joe Biden en sus últimos días en el poder.
El gobierno estadounidense ha dejado claro que su política hacia Cuba no dará marcha atrás. Rubio reiteró que Estados Unidos seguirá ejerciendo presión sobre las autoridades cubanas y respaldando los derechos humanos en la isla.
“Nuestra embajada en La Habana está en contacto con familiares de los detenidos injustamente y con disidentes, para que sepan que cuentan con el apoyo incondicional de Estados Unidos”, aseguró.
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Por su parte, el congresista Mario Díaz-Balart, de origen cubano, celebró la decisión a través de sus redes sociales, subrayando que la reinstauración de la Lista Restringida es una muestra del compromiso del nuevo Ejecutivo con la libertad del pueblo cubano.
La restauración de estas sanciones supone un nuevo desafío para la economía cubana, que ya enfrenta una profunda crisis marcada por la inflación, el desabastecimiento y la creciente migración. En este contexto, la política de Washington apunta a debilitar aún más la estructura financiera del régimen y presionar por cambios democráticos en la isla.
Sin embargo, el impacto no solo se sentirá en La Habana. Miles de familias cubanas que dependen de las remesas podrían verse afectadas, especialmente con la inclusión de Orbit en la Lista Restringida.
La Oficina para Latinoamérica del Departamento de Estado ha respaldado la medida, señalando que forma parte de un esfuerzo más amplio para corregir lo que consideran “errores” de la anterior administración en su política hacia Cuba.
Mientras tanto, el régimen cubano aún no ha emitido una respuesta oficial, pero se espera que reaccione con duras críticas, denunciando la medida como parte del bloqueo económico de Estados Unidos.
Con este nuevo giro en la política de la Casa Blanca, el futuro de las relaciones entre ambos países vuelve a estar marcado por la tensión, dejando a muchos cubanos, dentro y fuera de la isla, en la incertidumbre.