Hace una semana eran solo dos negocios independientes. Uno se dedicaba al diseño de señales eléctricas y el otro al envío de paquetería a Cuba.
Dada la situación que atravesaban sus negocios vieron caer abruptamente sus operaciones diarias y estaban sin hacer nada.
En cuarentena y pensando como reinventarse la vida, empezaron a hacer prototipos y el sábado comenzaron la producción. Hoy ya producen entre mil y mil 200 máscaras listas cada día.
Con recursos propios, ambos emprendedores compraron la materia prima necesaria para fabricar máscaras de policarbonato con cobertura para ojos, nariz y boca.
Con esta reinvención buscaron la manera de emplear a quienes, por fuerza mayor, tuvieron que enviar a casa sin salario.
En poco tiempo ya han hecho donaciones a la policía de West Miami, enfermeras del hospital Jackson. Y continúan planificando donativos y la venta al público, mientras según dicen, la comunidad los necesite.