The Dolphin Company anunció este lunes en un comunicado de prensa que se declaró voluntariamente en bancarrota ante el Tribunal de Quiebras de EEUU para el Distrito de Delaware.
La empresa operadora del Miami Seaquarium, Dolphin Company, presentó una solicitud de bancarrota este lunes en un tribunal de Delaware. La compañía, parte de un conglomerado mexicano con 14 subsidiarias que gestionan parques acuáticos y hábitats de delfines en varios países, enfrenta una crisis financiera que pone en entredicho la continuidad de sus operaciones, incluyendo las de cuatro recintos en Florida.
Según los documentos presentados, Dolphin Company posee activos valorados en más de 100 millones de dólares y enfrenta deudas por una cifra superior, aunque no especificada. La solicitud no menciona explícitamente la situación del Miami Seaquarium, pero sí pide mantener abiertas las instalaciones y preservar el acceso a los registros necesarios para asegurar el bienestar de los animales.
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“Es nuevo para nosotros. Tenemos que hablar con los representantes que se han comunicado y quieren reunirse. Tenemos que esperar a ver qué dice la corte”, dijo la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, en respuesta a la noticia.
La crisis del Miami Seaquarium no es nueva. En los últimos años, ha enfrentado caídas sostenidas en sus ingresos y, en 2024, incluso una orden de desalojo por parte del condado, resuelta posteriormente en los tribunales.
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Una inspección del Departamento de Agricultura en enero de 2025 reveló serias deficiencias en el cuidado de los delfines: “Cuatro ejemplares fueron hallados en un tanque con niveles de agua peligrosamente bajos, sufriendo abrasiones”.
El informe atribuyó lo ocurrido a negligencia por parte del personal: un empleado se distrajo y otro no verificó el nivel del agua.
“Vamos a seguir, como siempre, enfocándonos en el bienestar de los animales. Esa siempre ha sido nuestra meta”, reiteró Levine Cava.
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En un comunicado, Dolphin Company explicó que su proceso de reestructuración “Busca estabilizar las finanzas del grupo, proteger a sus empleados, garantizar la seguridad de los animales y seguir ofreciendo experiencias de calidad a sus visitantes”.
Sin embargo, la organización defensora de los animales PETA criticó duramente la operación. “Confinar animales en pequeños tanques y obligarlos a actuar a cambio de comida es un modelo de negocio insostenible”, dijo la organización en un comunicado y agregó “Esta bancarrota no debe usarse para mantener a flote esta operación. El Miami Seaquarium debe ser cerrado y los animales deben ser enviados a instalaciones reconocidas que puedan brindarles finalmente el cuidado que tanto necesitan”.
