Cuba

El último vuelo: Cuatro claves para entender la repatriación de fallecidos entre EEUU y Cuba

Para trasladar un cuerpo por vía aérea la funeraria gestiona los trámites necesarios de un servicio que puede oscilar entre $6,800 y $7,000 dólares de costo para el caso de Cuba.

Telemundo

La repatriación de restos ha sido un tema de conversación recurrente entre familias que desean cumplir con la última voluntad de sus seres queridos. Casos recientes, como el traslado del cuerpo de la vedette Rosita Fornés de Miami a La Habana en 2020, o la potencial repatriación del artista urbano “El Taiger”, han puesto en primer plano los trámites necesarios para regresar los restos a su lugar de origen.

¿Cómo funciona la repatriación de restos?

Marité Torres, directora de la funeraria Van Orsdel en Kendall, asegura que los trámites de repatriación de restos, ya sea a Cuba o a cualquier parte del mundo, no son tan complejos como muchos piensan. Según Torres, en la mayoría de los casos, el proceso toma aproximadamente una semana. Sin embargo, en el caso específico de Cuba, el tiempo de espera puede ser un poco más largo.

“Puede ser dos semanas. Tomando las firmas, traduciendo los papeles al español y enviando todo al consulado en Washington, y después recibiendo el permiso de Washington, podemos hacer el vuelo”, explica Torres.

Documentación necesaria y costos

Trasladar un cuerpo por vía aérea requiere más documentación que un simple certificado de defunción. La funeraria encargada gestiona todos los trámites adicionales necesarios para llevar a cabo la repatriación. Este servicio tiene un costo que puede oscilar entre $6,800 y $7,000 dólares para Cuba, según comenta Torres.

En La Habana, el cuerpo es entregado únicamente en la funeraria de Calzada y K, la más importante de la capital cubana.

¿Sólo cenizas?

El proceso para trasladar cenizas es más sencillo y no requiere tantos trámites como el de un cuerpo. En este caso, los familiares pueden encargarse personalmente del traslado.

“Con el permiso de cremación y el certificado de defunción, las cenizas pueden llevarse en el avión sin mayores inconvenientes”, señala Torres. En algunos casos, se requiere una carta de no contagio (“non contagious”), pero esto también es gestionado por la funeraria.

No siempre es necesario ser un familiar  directo

Un aspecto importante que señala Torres es que no es imprescindible que el proceso de repatriación sea solicitado por un familiar inmediato. “Si es la persona más allegada, sí puede hacer los arreglos para mandar a la persona a Cuba otra vez”, comenta.

La repatriación de restos, aunque puede parecer un proceso complicado, es cada vez más accesible gracias a la asistencia de funerarias especializadas, que facilitan la materialización  de los últimos deseos de aquellos que buscan descansar en su país de origen.

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