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“Él necesita ayuda”: publican llamada al 911 de la esposa del director de la policía de Miami-Dade

La llamada de 6 minutos y medio que se dio a conocer este miércoles por la Oficina del Sheriff del condado de Hillsborough revela los momentos frenéticos en los que Alfredo Ramírez se disparó el 23 de julio.

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Las autoridades revelaron recientemente la llamada al 911 que realizó la esposa del director de policía de Miami-Dade, Alfredo "Freddy" Ramírez, gritando pidiendo ayuda al costado de una carretera en la I-75 luego de que este se intentara suicidar con un disparo justo enfrente a ella.

La llamada de 6 minutos y medio publicada este miércoles por la Oficina del Sheriff del condado de Hillsborough revela los momentos frenéticos en los que Ramírez se disparó en la noche del 23 de julio.

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La llamada al 911 se realizó a las 9:16 p.m. cerca del marcador de la milla 244 de la autopista interestatal 75, por donde Ramírez conducía hacia el sur en Hillsborough justo cuando se detuvo y se disparó en la cabeza.

"¡Dios mío, ayúdame!", se escucha gritar a Jodi Ramírez, la esposa del jefe de policía de Miami-Dade, quien implora: "¡Ayúdame, ayúdame, ayúdame!"

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"Escucha, necesito que respires hondo, dime qué pasó", le pregunta el despachador del servicio de emergencias. "Puedo escucharla, no tiene que gritar, señora, pero estamos enviando ayuda".

Aunque se redactaron partes, se escucha a la esposa de Ramírez decirle al despachador que este está despierto y que el arma que usó está en su vehículo, un Ford Expedition. En un momento, le dice al despachador que Ramírez se fue a la carretera.

"Simplemente salió al tráfico", le dice la esposa de Ramírez al despachador.

"No corras tras él, necesito que te mantengas alejada de él", le indica el despachador. "No vayas tras él, ¿me oyes?"

"¡No, necesito tu ayuda y la necesito ahora!" le increpa ella.

Por momentos, la esposa de Ramírez se aleja del auto y la comunicación por manos libres se escucha lejana. El operador insiste en que se calme.

"Necesito que hables conmigo para que podamos tratar de ayudarlo. ¿Dónde está ahora?", le pregunta el operador. A lo que ella responde: "Está en la grama al costado del camino".

"¿Dónde está la pistola?", le preguntan a la esposa y ella replica: "Está en el auto, en la guantera".

En otro momento de la llamada, el despachador le dice a la esposa de Ramírez que intente ponerle algo en la herida.

"Necesitamos acostarlo boca arriba y quitarle cualquier cosa detrás de la cabeza", dice el despachador. "Necesito que consigas un paño limpio y seco o una toalla o una camiseta o algo para que podamos ponerlo en la herida y tratar de controlar el sangrado".

"Él no me deja", responde ella. El despachador continúa aconsejándole que esté segura, asegurándole que los equipos de rescate están respondiendo, mientras ella sigue gritando pidiendo ayuda. "Quiero asegurarme de que te mantengas a salvo, así que si te va a causar problemas, debes alejarte de él".

"¡Por favor, estoy a salvo, él necesita ayuda!", le contesta la esposa de Ramírez durante la llamada. "¿Dónde están?", cuestiona.

Ramírez, de 52 años, fue trasladado de urgencia a un hospital del área de Tampa y se sometió a una cirugía. Allí permanece todavía hospitalizado y, aunque las autoridades dijeron que Ramírez no sufrió daño cerebral, es probable que pierda el ojo derecho.

Ramírez asistía a la conferencia anual de verano de la Asociación de Alguaciles de Florida y se alojaban en un hotel Marriott en Tampa cuando se vio envuelto en una disputa doméstica con su esposa, precisaron las autoridades.

Según la policía de Tampa, los oficiales respondieron al informe de un hombre con un arma fuera del hotel y recibieron información de tercera mano que alegaba que una persona se había apuntado con un arma, pero no hubo testigos de primera mano ni imágenes de cámaras de seguridad que capturaran el supuesto incidente.

La policía dijo que los oficiales encontraron a Ramírez en una habitación del piso 12 junto a su esposa, con quien aseguró que había estado involucrado en una discusión.

El jefe de la policía de Miami-Dade dijo que no había mostrado un arma de fuego y que no tenía intención de lastimarse a sí mismo ni a otros. Su esposa corroboró que tuvieron una discusión y que no le preocupaba que su seguridad estuviera en peligro, dijo la policía.

En un momento de ese interrogatorio a Ramírez lo esposaron en un pasillo del hotel, él explicó que era jefe de policía de Miami-Dade, y luego que los oficiales lo confirmaron al ver su identificación, le quitaron las esposas.

Dado que no había evidencia de un crimen o peligro inmediato, Ramírez fue liberado en la escena. Poco tiempo después, sufrió la herida de bala autoinfligida en medio de la I-75.

En una conferencia de prensa, la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, dijo que habló con Ramírez por teléfono después del incidente del hotel, pero antes de que se intentara suicidar, y dijo que este había pedido su renuncia.

"Freddy me dijo que había cometido un error, que estaba preparado para renunciar", confirmó Levine Cava. "Estaba muy arrepentido y le aseguré que hablaríamos a la mañana siguiente".

El Departamento de Cumplimiento de la Ley de Florida y la Patrulla de Carreteras de Florida iniciaron una investigación conjunta sobre el incidente.

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