Apenas han pasado 48 horas desde que un tornado categoría EF3 azotara la parte oeste del condado de Palm Beach, dejando a su paso destrucción y caos. El potente fenómeno meteorológico, asociado con el huracán Milton, arrasó viviendas, negocios y la tranquilidad de muchas familias que nunca imaginaron enfrentar este tipo de desastre natural.
El tornado, con vientos de entre 135 y 165 millas por hora, comenzó su destructiva trayectoria en la parte noroeste de Wellington, donde una casa prefabricada fue completamente desmantelada. Desde allí, el embate continuó hacia el norte, afectando Loxahatchee y terminando su recorrido en Palm Beach Gardens, dejando a su paso más de 15 millas de desolación.
Una de las estructuras más impactadas fue un supermercado Publix en Palm Beach Gardens que estaba a solo tres semanas de su inauguración. El techo del edificio fue completamente destruido por los vientos, y tras evaluar los daños, las autoridades locales confirmaron que el edificio deberá ser demolido antes de poder ser reconstruido.
"Este tipo de destrucción es difícil de asimilar, especialmente cuando se trata de una estructura nueva que prometía ser un punto de encuentro para la comunidad. Ahora, en lugar de celebraciones de apertura, enfrentamos meses de demolición y reconstrucción" comentó un portavoz de la ciudad.
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En las zonas residenciales, las escenas eran igualmente desoladoras. En un barrio de Loxahatchee, un contenedor de basura terminó sobre el techo de una casa, evidenciando la magnitud de la fuerza de los vientos. Los testimonios de los residentes reflejan el pánico y la impotencia que vivieron durante el paso del tornado.
Luc Limbourg, residente de Loxahatchee, describió lo que vio cuando el tornado pasó por su hogar:
"Miré afuera y vi objetos volando a más de 50 pies de altura. El sonido era como el de un tren que venía directo hacia nosotros. Nunca había experimentado algo así".
Local
Limbourg, quien trabaja como bombero en Hialeah, ahora enfrenta la dura realidad de no poder regresar a su hogar debido a los graves daños. El techo de su casa quedó destruido, y tanto el agua como la electricidad han sido interrumpidas, lo que ha dejado su vivienda inhabitable.
"Estamos pasando el día limpiando y tratando de hacer algunas reparaciones, pero no podemos quedarnos aquí por la noche. No tenemos electricidad ni agua, y el techo está completamente roto" dijo Raj Belanger, bombero y residente de Loxahatchee.
El tornado dejó a su paso una estela de escombros y daños que resultarán costosos y difíciles de reparar. La combinación de vientos huracanados y la intensidad del tornado provocó la destrucción total de viviendas y negocios, dejando a las familias enfrentando un largo camino hacia la recuperación.
Ahora, con las secuelas del tornado aún presentes, lo que queda es un largo proceso de reconstrucción para las familias afectadas. Los servicios de emergencia y las autoridades locales han comenzado a coordinar esfuerzos para brindar apoyo a los residentes.
Para las familias de Wellington, Loxahatchee y Palm Beach Gardens, la prioridad ahora es la recuperación.
