A raíz del alto costo de la vida, las autoridades del condado Martín, al norte de Palm Beach, han visto cada vez más desamparados que viven en barcos abandonados, lo cual representa un gran riesgo.
La Oficina del Alguacil del Condado Martin ha estado patrullando las aguas cerca de un vecindario de Jensen Beach, en el que los desamparados han convertido los barcos abandonados en su hogar. El problema no es nuevo pero hay un alto riesgo debido a que las embarcaciones tienen combustible, baterías y materiales peligrosos.
"Tenemos a desamparados ocupando la embarcación que se cae a pedazos, y ha ocurrido en que el barco se desamarra y choca contra el muelle", dijo Michael Daugherty, teniente de la Oficina del Alguacil del Condado Martin.
Eso fue lo que ocurrió el pasado mes de noviembre, cuando siete embarcaciones se desamarraron y destruyeron los muelles. Pero deshacerse de los barcos abandonados es un proceso largo y que cuesta dinero a los contribuyentes.
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"Puede costar desde $6,000 hasta cifras astronómicas de dinero", explicó Daugherty.
Y quienes viven del negocio alrededor del agua y dependen de los turistas, también pagan ese precio.
"Dependemos de los pescadores y turistas que son atraídos a nuestra zona y esto se tiene que ver bien", dijo Giles Murphy, dueño de una tienda de pesca.
Local
Los comisionados del condado están tomando cartas en el asunto al enmendar un ordenanza sobre los lugares donde se pueden anclar las embarcaciones y dándoles más poder a las agencias policiales para poder remolcar cualquier barco que tenga dos o más violaciones y no haya sido tocado después de 21 días de haber sido marcado como un barco abandonado.
De acuerdo con las leyes de la Florida, abandonar a un barco en el agua en constituye un delito, que puede resultar en multas y hasta arresto.