En el mundo de la inteligencia artificial, la eficiencia y el costo son factores clave para su expansión. DeepSeek, un modelo desarrollado en China, está generando revuelo por su capacidad de ofrecer un rendimiento similar al de OpenAI a una fracción del costo.
Para ponerlo en perspectiva, crear un libro del tamaño de un volumen de Harry Potter utilizando OpenAI costaría alrededor de 6 dólares, mientras que con DeepSeek la inversión sería de apenas 20 centavos de dólar. Esta diferencia en costos ha captado la atención de empresas y desarrolladores en todo el mundo.
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A diferencia de otras empresas que han invertido años en el desarrollo de modelos de inteligencia artificial, la compañía detrás de DeepSeek no es un laboratorio de IA, sino una firma financiera que, en paralelo a sus operaciones, decidió explorar este campo como un proyecto secundario.
"La empresa detrás de DeepSeek no es un laboratorio de inteligencia artificial sino una empresa financiera que usa otros modelos para sus inversiones. En sus ratos libres, entrenaron este modelo", explica Joe Hernández, divulgador de inteligencia artificial.
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DeepSeek ha demostrado ser más eficiente en la interpretación del contexto y en la generación de respuestas con menos instrucciones. Esto representa una ventaja significativa para quienes buscan rapidez y precisión en el desarrollo de contenido.
"Es capaz de leer el contexto de una forma mucho más rápida que, en algunos casos, lo hace ChatGPT", señala el especialista en tecnología Armando Guido.
Además, el modelo chino ha logrado sortear restricciones tecnológicas impuestas por Estados Unidos, como la prohibición de acceso a chips avanzados, lo que sugiere que China ha encontrado alternativas para continuar con el desarrollo de sus modelos de IA.
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"Han entrado en el mercado con fuerza y han logrado superar la barrera de acceso al hardware y a estos chips", afirman expertos en el sector.
El ascenso de DeepSeek no ha estado exento de controversia. OpenAI ha señalado que la compañía china utilizó su investigación para entrenar su modelo, lo que ha generado debate sobre la ética y la propiedad intelectual en el sector de la inteligencia artificial.
Sin embargo, la crítica de OpenAI ha sido recibida con escepticismo por algunos especialistas, quienes recuerdan que la propia OpenAI entrenó sus modelos utilizando información de internet sin solicitar permiso previo.
"Es casi cómico que OpenAI se queje ahora de que otros utilicen su modelo sin permiso, cuando ellos mismos entrenaron su IA con datos de internet sin pedir autorización", comentan analistas.
Según Joe Hernández, el hecho de que los costos de la inteligencia artificial disminuyan es una excelente noticia, no solo para empresas tecnológicas, sino también para los fabricantes de hardware que suministran los chips necesarios para el entrenamiento y ejecución de estos modelos.
"La inteligencia artificial será parte de nuestra vida diaria. La veremos en los relojes, en las lavadoras… Estará integrada en todo. Cuanto más barata sea, más la usaremos", señala Hernández.
El avance de modelos como DeepSeek también pone presión sobre gigantes del sector como OpenAI y Meta, que ya preparan nuevos lanzamientos. OpenAI está próximo a revelar su modelo O3, que promete ser aún más inteligente y preciso, mientras que Meta también se encuentra en la carrera por desarrollar su propia versión de inteligencia artificial avanzada.
El mercado de la inteligencia artificial está evolucionando a pasos agigantados. La llegada de modelos más accesibles y eficientes está transformando la industria y plantea nuevos desafíos tanto tecnológicos como regulatorios. Con la inminente llegada de modelos más sofisticados de OpenAI y Meta, la competencia está lejos de terminar.
La pregunta no es si la inteligencia artificial formará parte de nuestro día a día, sino hasta qué punto estará integrada en cada aspecto de nuestras vidas.