En seis meses, los votantes de Florida decidirán sobre la legalización de la marihuana recreativa. De aprobarse, esto podría cambiar considerablemente la industria del cannabis en el estado. Actualmente, solo unas pocas compañías tienen licencia para operar, y "Sunburn Cannabis" es una de ellas.
Localizada en el centro de Florida, la granja de esta compañía opera con la visión futurista de la industria en el estado con una inversión millonaria en la infraestructura que garantiza mantener el ciclo de producción los 365 días del año. Sus invernaderos cuentan con dispositivos para modificar la luz y la temperatura que reciben las plantas durante sus fases de crecimiento y curación.
Este es un negocio de innovación y así lo ve Maria Rivera: “Son bilingües… les pongo salsa, jazz… les hablo”, nos comenta mientras nos muestra el trabajo que realiza como especialista de propagación. Rivera cuida de los pequeños tallos de cannabis y se encarga de prepararlos durante las primeras cuatro semanas.
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A lo largo de seis meses, desde la colación y hasta el dispensario, el cultivo pasa por diferentes fases y, figurativamente, así ha ocurrido en la historia de la marihuana como industria en Florida.
En 2016, los residentes del estado aprobaron por referéndum el consumo de marihuana con fines médicos. En 2021, la Corte Suprema del estado rechazó dos intentos de enmienda para legalizar el uso recreativo del cannabis, pero este año la cuestión estará en la boleta en noviembre.
En las granjas de "Sunburn Cannabis" se han estado preparando para la siguiente fase. La empresa, establecida hace solo dos años, ya cuenta con dos laboratorios y 13 dispensarios en todo el estado.
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Bradey Cobb, fundador y presidente de la compañía, señala que “la opción de usar cannabis y no alcohol es también una libertad individual… creemos que eso se debe respetar y creo que cuando las personas voten en Florida será un voto positivo y -como los otros estados que han aprobado la marihuana recreativa- el cielo no se va a caer y no habrá personas como zombies caminando por todas partes”.
Si se trata de números, Sunburn Cannabis mide su éxito a través de los ingresos: “El año pasado la empresa facturó 28 millones de dólares y este año proyectamos llegar a los 56 millones”, destaca Cobb.
Los operadores de la granja sostienen que este éxito es el resultado de una planificación precisa y del control total en el desarrollo de las plantas, un proceso que dura cuatro meses.
Christopher Keller, vicepresidente de cultivo, explica que el estado requiere un sistema de monitoreo mediante códigos de barra para cada planta, desde que cortan los pequeños tallos que abren un nuevo ciclo, hasta su empaquetado y venta en los dispensarios.
Antes de llegar al empaquetado, las plantas pasan por un proceso de secado y cura, poda y limpieza, lo cual es vital para un producto de primer nivel, señala Carlos Areaga, jefe de podadores de "Sunburn Cannabis".
Actualmente, empresarios nacionales e internacionales están poniendo su mirada en Florida y los posibles cambios en la industria que podrían observarse desde noviembre. La decisión de los votantes en las próximas elecciones pudiera marcar un punto de inflexión en la historia de la marihuana recreativa con implicaciones significativas para el futuro de la industria del cannabis en Estados Unidos.