Cuba

Cuba: tres años después de las protestas del 11 de julio

Este 11 de julio, se conmemora el tercer aniversario de las emblemáticas y masivas protestas en Cuba, que significaron una reacción ante las violaciones de derechos humanos y la miseria en la isla

Telemundo

Este 11 de julio, se conmemora el tercer aniversario de las emblemáticas y masivas protestas en Cuba, que significaron una reacción ante las violaciones de derechos humanos y la miseria en la isla, tras un fallido experimento de ingeniería social de más de seis décadas.

Muchas cosas han pasado en los últimos años. Desde el atrincheramiento del régimen legislando para reforzar su control policial de la sociedad, hasta un aumento ostensible de las protestas en toda la isla, pasando por un incremento constante de la represión, los encarcelamientos, las largas condenas para quienes se atreven a protestar y la huida de cientos de miles de cubanos.

En agosto de 2021, el gobierno publicó el Decreto-Ley 35 junto a otras normativas para controlar la libertad de expresión en internet. Fue una reacción directa al temor que tiene al poder de convocatoria que tienen las redes sociales, aunque esto no ha podido detener que siga siendo el medio a través del cual salen las denuncias ciudadanas desde la isla. Pero el régimen ha aprendido que cuando hay protestas públicas, la primera medida es quitar la electricidad y cortar la internet, pues el 11J probó la efectividad de esta estrategia.

En mayo de 2022, la Asamblea Nacional aprobó un nuevo código penal que sanciona con hasta 10 años de cárcel a quien provea, reciba o posea fondos “con el propósito de sufragar actividades contra el Estado y su orden constitucional”. Un burdo intento a evitar que los cubanos puedan enfrentarse a la vocación represiva del gobierno.

Según el Centro para la Democracia en las Américas, solo en los primeros siete meses del año fiscal 2022, unos 177,848 cubanos “tuvieron contacto” con la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.

Una cifra que sobrepasó los llegados del éxodo de Mariel y la crisis de los Balseros, juntos, cuando más de 125,000 cubanos llegaron al sur de la Florida entre abril y octubre de 1980, luego de que el régimen de Fidel Castro abriera el puerto del Mariel. Y unos 35,000 llegaron en 1994.

Unos 425,000 migrantes cubanos llegaron a Estados Unidos en los años fiscales 2022 y 2023. Otros 36,000 cubanos pidieron asilo en México entre enero de 2022 y noviembre de 2023. Esto sin contar los miles que ha emigrado a países como Rusia, Brasil, Uruguay, España. Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) 538,670 cubanos han llegado desde diciembre de 2021hasta abril de 2024.

Por décadas, la comunidad internacional no ha conseguido que haya avances sostenidos en materia de derechos humanos en Cuba. En particular, ha faltado presión multilateral por parte de países de América Latina, Estados Unidos, Canadá y Europa.

Los artistas Luis Manuel Otero Alcántara y Maikel Castillo Pérez, dos de los más conocidos activistas privados de libertad, fueron condenados a 5 y 9 años de prisión, respectivamente, por desacato, difamación de instituciones y símbolos gubernamentales y desorden público.

El castrismo prohibió activamente cualquier forma de protesta, cuando se organizó una manifestación programada para el 15 de noviembre (15N), que terminó siendo un intento fallido de regresar a las calles.

Un nuevo código penal les permite a los aparatos represivos del régimen tener un control férreo sobre la disidencia y las manifestaciones públicas de la oposición.

El gobierno de Joe Biden ha buscado un acercamiento para revertir algunas de las políticas impuestas por la administración Trump: levantamiento de restricciones a las remesas, los viajes educativos, la reanudación de las conversaciones migratorias y restableciendo el personal de la embajada de Estados Unidos en La Habana. También habilitó para los cubanos junto a venezolanos y haitianos el llamado parole humanitario, que ha permitido la legada legal de miles de cubanos.

“Con estas acciones, nuestro objetivo es apoyar las aspiraciones de libertad y mayores oportunidades económicas de los cubanos para que puedan llevar una vida exitosa en casa”, dijo ene se entonces el Departamento de Estado.

“Seguimos pidiendo al gobierno cubano que libere de inmediato a los presos políticos, que respete las libertades fundamentales del pueblo cubano y que permita que el pueblo cubano determine su propio futuro”.

Cuba dijo que el "Anuncio del gobierno EEUU es un paso limitado en dirección correcta. La decisión no modifica el bloqueo, la inclusión fraudulenta en lista de países patrocinadores del terrorismo, ni mayoría de medidas coercitivas de máxima presión de Trump que aún afectan al pueblo cubano".

A cambio el régimen de Cuba aceptó, por primera vez desde el inicio de la pandemia de COVID-19, recibir vuelos de deportación desde Estados Unidos con cubanos detenidos en la frontera sur que no sean elegibles para asilo político, mientras la Administración de Joe Biden busca reducir la imparable oleada migratoria.

En mayo de 2023, a golpes y patadas uniformados de las brigadas especiales del Ministerio del Interior en Cuba reprimieron una manifestación que ocurrió en Caimanera, un municipio de la oriental provincia de Guantánamo.

Los manifestantes habían llegado a la sede del partido del pueblo en donde comenzaron a proferir gritos de Libertad, algo que luego circuló en videos y transmisiones en vivo que salieron a través de Facebook.

Tres años después del el 11J se han impuestos largas condenas a muchos de los manifestantes. La crisis socioeconómica parece no tener solución. La inflación está en una escalada indetenible, que ha obligado recientemente al gobierno a imponer un tope de precios a determinados alimentos. Y por otra parte, mantiene un rígido control sobre la pequeña empresa, manteniendo en un puño a las Mipymes.

Las mayores protestas después del 11J

El domingo el 17 de marzo de este año, los cubanos protagonizaron nuevas protestas en varias provincias, pero principalmente en el oriente de la isla, , empujados por los prolongados apagones y la falta de alimentos.

Cientos de manifestantes exigieron “¡Corriente y comida!” en las calles de varias provincias de la isla, donde la escasez y las denuncias de represión gestan un éxodo histórico, pero también un cambio sin regreso: “El pueblo ya despertó y esto no va a parar”.

“La gente aquí en Santiago de Cuba cogió las calles por cuestión del descontento social, porque no hay comida, por los apagones de hasta 16 horas. Cada dieciséis horas sólo te ponen tres horas de luz. Y las personas ya no dan más con hambre, con miseria, con apagón y sin agua”, relató a Noticias Telemundo Evelyn Suñe, una opositora cubana que vive en esa provincia en el este de la isla.

La represión del régimen no se hizo esperar con la misma receta de siempre: detenciones, juicios y largas condenas de cárcel.

El gobierno cubano reaccionó llevando a cabo cortes de internet que buscan quitarle visibilidad a la protesta.

Miguel Díaz-Canel culpó a exiliados cubanos de incentivar “acciones contra el orden interior del país”.

“En las últimas horas hemos visto cómo terroristas radicados en EEUU, que hemos denunciado en reiteradas ocasiones, incentivan acciones contra el orden interior del país”, escribió en un hilo de X, el gobernante castrista.

Díaz-Canel también escribió: que "Este contexto se intenta aprovechar por los enemigos de la revolución, con fines desestabilizadores".

Después del 11J la sociedad cubana vive bajo una intimidación y vigilancia permanente, buscando silenciar a toda voz opositora que se manifieste. Obligando a muchos a tomar el camino del exilio. No solo la disidencia es delito, cualquier tipo de activismo social a favor de grupos minoritarios, también lo es.

En estos tres últimos años la ilegitimidad del gobierno cubano es cada vez más visible debido a su incuestionable práctica de violentar el derecho internacionalizar y la criminalización de los derechos humanos

En la actualidad aún permanecen decenas de personas privadas de su libertad en todo el país, tan solo por ejercer la libertad de expresión, una situación denunciada por organizaciones y varios gobiernos del mundo.

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