En el Parque de Casas Móviles de Sweetwater, donde durante años cientos de familias encontraron un hogar, la noticia de un desalojo masivo ha generado una oleada de angustia, protestas y llamados a la acción. Más de 900 familias enfrentan la difícil realidad de abandonar sus viviendas, muchas de las cuales han sido el fruto de sacrificios y esfuerzos económicos significativos.
Entre estas familias se encuentra la de Lina Beltrán, quien junto a su esposo invirtió más de 50,000 dólares para remodelar su casa móvil y crear un espacio digno para sus dos hijas. La noticia del desalojo llegó cuando su hogar estaba decorado para la Navidad.
"Ahora imagínate con este problema, no podemos hacer nada. Ya no tiene sentido," expresó Lina, resignada y con la voz llena de frustración.
La situación no solo afecta a jóvenes como Lina. Entre los residentes hay personas mayores, individuos con enfermedades graves y familias que, apenas hace unos meses, adquirieron sus viviendas sin sospechar que serían obligados a abandonarlas.
Manténte al tanto de las noticias locales y del estado del tiempo. Suscríbete a nuestros newsletters gratuitos aquí.
Amílton Dos Santos, propietario de una casa móvil, comentó entre lágrimas: "Pagué 150,000 dólares hace solo cuatro meses. ¿Ahora qué voy a hacer? Llorar."
Desde que se conoció la orden de desalojo, las protestas se han convertido en un panorama habitual en el parque. Con pancartas, velas y gritos de indignación, los residentes buscan visibilizar lo que consideran una injusticia.
Karina Cuba, otra residente afectada, señaló: "Esto es injusto. Aquí hay personas enfermas con trasplantes de pulmón, cáncer terminal… eso no se hace."
Local
El drama es aún mayor para aquellos que compraron sus viviendas recientemente. Lina mencionó con incredulidad: "Aquí hubo gente que compró hace un mes. Es algo que no se puede entender."
Ante la creciente presión, el alcalde de Sweetwater, en colaboración con la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine-Cava, y los comisionados de la ciudad, ha iniciado esfuerzos para mitigar el impacto de la crisis. En un comunicado oficial, el alcalde aseguró que se están explorando todas las vías posibles para asistir a las familias durante esta difícil transición.
El viernes pasado, se acordó organizar reuniones con los residentes para evaluar cada caso de manera individual. "La gerencia incluirá a todos los residentes en una reunión para que puedan demostrar su residencia en el parque," afirmó el alcalde, quien también instó a las familias a comunicarse con la oficina del parque para programar citas y recibir orientación sobre la reubicación.
El parque, conocido como Lil' Abner, ha sido durante décadas un refugio para familias trabajadoras que buscaban una vivienda asequible en el área de Miami-Dade. Ahora, la comunidad enfrenta la disyuntiva de buscar alternativas habitacionales en un mercado inmobiliario que se caracteriza por precios elevados y pocas opciones accesibles.