Para Linda Perez, el costo de las complicaciones de las cirugías plásticas es evidente. Ella vive una vida entera de costosas terapias porque quedó en estado de coma tras un aumento de senos.
Los hijos de Heather Meadows están pagando caro la decisión de su madre de viajar de Virginia a Miami a someterse un levantamiento de glúteos con transferencia de grasa o BBL. Ella falleció tras el procedimiento.
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Loyda Hernández de Kissimmee, tuvo que ser hospitalizada por complicaciones de un BBL que se hizo en una clínica de Miami. “Yo tengo más de medio millón de dólares en cuentas médicas a consecuencia de lo que me pasó”, dice.
Peter Sotolongo, el abogado de Loyda Hernández,dice que el negocio de las cirugías plásticas en centros quirúrgicos independientes de Miami es muy lucrativo. Pacientes vienen de todo el país y hasta el extranjero para operarse, pero luego que son dados de alto, si hay una complicación, el centro no se hace responsable. “Cuando la gente se enferma, cuando tienen las infecciones como mi cliente o cuando se están muriendo, terminan en los hospitales y los ciudadanos de esas comunidades son los que están pagando por esos tratamientos”, asegura Sotolongo.
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El Dr. Christopher Salgado trabajó en hospitales del área por muchos años, atendiendo a pacientes con complicaciones por cirugías plásticas realizadas en centros quirúrgicos independientes. “Los pacientes con problemas más complejos terminan en el Jackson”, dice el Dr. Salgado. Él explica que muchas veces los seguros no cubrían las complicaciones que atendía por tratarse de procedimientos optativos.
Christina Masvidal es una enfermera de cuidados intensivos que ahora dirige el Departamento de Manejo de Riesgo y Seguridad del Paciente del Sistema de Salud Jackson. “Cuando llegan al Jackson, eso sale del bolsillo de los contribuyentes de Miami-Dade”, dice Masdival.
Según los récords de Jackson, entre septiembre del 2021 y enero de este ano, Jackson recibió 273 pacientes con complicaciones de cirugías plásticas realizadas en centros estéticos locales. De esos, solo 5% eran residentes de Miami-Dade, 25% eran de otras partes del estado y 70% ni siquiera vivían en la Florida. El costo total de tratamiento para todos los pacientes asciende a $7,690,897. Luego de ajustes y reembolsos, el hospital o sea los contribuyentes perdieron $629,807 que no se pudo cobrar.
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Masdival dice que el costo no es solo financiero. “Las implicaciones van más allá de las camas de hospital que se están usando para atender a estos pacientes que no son de la Florida…los bancos de sangre que los residentes de Miami-Dade abastecen y las radiografías que pagan se están usando para esto”, dice Masdival.
Christina Masvidal dice que Jackson no se enfoca en el dinero porque ellos están ahí para atender al que lo necesite, pero le preocupa la falta de cuidado posoperatorio de los centros quirúrgicos que están haciendo estas cirugías plásticas. Dice que ha reportado los 273 casos al departamento de salud porque estas complicaciones deben investigarse.
