Humberto Aguilar, quien defiende la causa de Eduardo Arocena dice que “está muy mal, está en 2 o 3 años que le quedan de vida”.
La próxima audiencia ante un panel del buro de prisiones podría ser la última oportunidad que tenga Eduardo Arocena para salir en libertad.
“Ya no ve, no puede caminar”, dice Aguilar.
Juzgado y condenado a dos cadenas perpetuas por terrorismo, actos intimidatorios y asesinato contra personas y entidades vinculadas al régimen castrista hace casi cuatro décadas, Arocena cumple su sentencia en una prisión para reos enfermos en Minnesota.
“ A la prisión me personifique, me dijeron estaba esperándome, queremos sacarlo ya de aquí”.
Humberto Aguilar, que lo represento a principios de su batalla legal, ha vuelto a asumir su defensa, aunque hoy en día no ejerce como abogado, según señala, a petición de la iglesia católica.
“El proyecto de nosotros es sacarlo a él en libertad, que muera con su familia”
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Aguilar afirma que Arocena ya no enfrenta un pedido de extradición a Cuba, pero teme una reacción por parte del régimen de La Habana, que impida la salida de un hombre que unos tachan de terrorista y otros de luchador por la libertad de Cuba.
“Que vayan a las naciones unidas, o al consejo de seguridad y hagan una querella o reinicien extradición a cuba”
A diario, dice, le escribe a la casa blanca y a los senadores de la florida para que intercedan a favor de su salida de prisión.
La oficina del senador Marco Rubio nos envió un comunicado al respecto, en el que dice que “Rubio ha estado en contacto con la familia de Arocena desde 2012, pero que, debido a las normas de privacidad del Senado, no está autorizado a divulgar más detalles”.
Encontrar apoyo, incluso dentro de organizaciones del exilio histórico, asegura Aguilar, ha sido difícil.
Johny López de la Cruz, presidente de la brigada 2506 dice que “nosotros como organización no podemos hacer ese tipo de cosa”. Sin embargo, nos dijo que, de manera individual, reconoce el valor de Arocena al enfrentarse a la tiranía castrista.
“35 años después de estar en la cárcel, ahora que está enfermo en edad muy avanzada, yo creo que por razones humanitarias se lo deben dar”.
Por su parte, Aguilar, que trata de recuperar la licencia de abogado que perdió en los años 90 en Miami, tras ir a prisión por cargos relacionados a lavado de dinero e importación de narcóticos, dice que no le preocupa ser blanco de críticas.
Arocena, cuyo estado de salud es delicado, no tiene contacto con su familia en miami, solo con personas que manejan su caso
“se le busca un lugar para quede porque la familia no tiene manera de cuidarlo y he hablado con el nuncio para que ayude a encontrarle un lugar”, dice Aguilar.