A Pedro Armando Uría Valdés, un migrante cubano que asesinaron en Tijuana, México, mientras esperaba su turno para cruzar a Estados Unidos, le han creado un altar en Cuba, con lo único que tienen de él: una fotografía.
Fue tanta la espera, que decidió conseguir trabajo y el día que salió a trabajar encontró la muerte.
Noticias de Florida 24/7 en Telemundo 51.
>“Fue a pedir trabajo a un lugar de chapistería y cuando pasa una hora lo llamo y no contesta”, dice su primo José Miguel Rojas.
Rojas siguió intentando con el teléfono hasta que le confirmaron el mayor de sus temores.
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>“Sobre las 11, acá me llaman, que lo asaltaron y a él lo amarraron y lo mataron”, cuenta.
Entonces llamó a la morgue, y le informaron que su familiar había fallecido.
Pedro Armando tenía 30 años, un futuro por delante y una lista detallada de sueños.
Local
Decidió abandonar Cuba para buscar una vida mejor, pero no pudo. El 21 de diciembre salió rumbo a Nicaragua, y llegó justo antes de que entrara en vigor la política migratoria de la Casa Blanca para cubanos, nicaragüenses, haitianos y venezolanos.
“Llegó a la frontera de Yuma, Arizona, y estuvo 2 días detenidos, y lo regresan hacia atrás”.
Regresarlo para su tierra natal es lo que ahora desea la familia, y su primo aquí en Miami, para que tengan algo más que una fotografía.
“Tiene su hijo, su esposa, su padre, tiene una familia que lo ama, desesperados para hablar con alguien que los ayude para llevar su cuerpo a Cuba”, dice su primo.