Jeovanis Armas, un migrante cubano de 28 años, enfrenta una orden de deportación a Cuba tras permanecer detenido en el Centro de Detención de Broward. Armas, quien ingresó irregularmente a Estados Unidos en 2019, asegura haber experimentado "tortura psicológica" debido a su prolongada detención y el manejo de su caso.
El joven obtuvo la aprobación de "miedo creíble", lo que reconocía el riesgo que enfrentaría al regresar a Cuba. Sin embargo, el proceso de asilo político lo dejó sin representación legal ni acceso a evidencias, resultando en una orden de deportación. Según su abogado, Miguel Inda-Romero, Cuba ha aceptado su retorno, pero las autoridades estadounidenses no han completado el traslado, prolongando la detención de Armas injustificadamente.
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>Lixandra Morales, esposa del detenido, califica el tratamiento que ha recibido su esposo como una "injusticia". Pese a no tener antecedentes criminales y cumplir con las supervisiones de ICE, ha sido detenido y liberado varias veces, generándole serios problemas de salud mental. Su abogado destaca la urgencia de liberar a Armas debido a su delicada condición emocional.
Desde 2021, más de 990 migrantes han sido deportados a Cuba, y con los cambios en la administración estadounidense, se prevé un endurecimiento en las políticas migratorias. Según Inda-Romero, aquellos con antecedentes penales podrían ser priorizados para deportación, pero el futuro de casos como el de Armas sigue siendo incierto.
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>Mientras tanto, cada llamada telefónica que recibe su familia representa esperanza y, a la vez, angustia. Las posibilidades de detener su deportación son limitadas, y el reloj sigue avanzando en un proceso que refleja los desafíos y dilemas de las políticas migratorias actuales.