El viernes partió desde el sur de California rumbo a la capital estadounidense la primera “caravana por la justicia”, con el fin de que se reconsidere la decisión de eliminar el estatus de protección temporal (TPS, por sus siglas en inglés), que sería devastadora para decenas de miles de centroamericanos.
Este maratónico viaje durará aproximadamente tres meses y en esta peregrinación se pretende visitar por lo menos 32 estados del país. Lo que se quiere también es llevar conciencia a toda la nación del gran aporte económico que han dado los “tepesianos” en las pasadas dos décadas.
Y es que el tiempo se agota para cerca de 190,000 salvadoreños que no se dan por vencidos a ser deportados a su país.
Múltiples protestas se han realizado en distintas partes de la nación en busca de salvar el TPS, y ahora más que nunca, los beneficiarios no están dispuestos a rendirse. La idea es convencer a los congresistas de que promuevan una ley que ampare a los miles de salvadoreños que en breve quedarán sin TPS.
Además de El Salvador, los “tepesianos” de Honduras, Haití, Nicaragua, Sudán, Nepal y Somalia también tienen fecha de expiración, lo que pone a medio millón de inmigrantes al borde de la deportación.
A pesar de que al TPS le queda tan solo un año de vida, los activistas mantienen viva la esperanza de que los congresistas cambien su postura.
