Como era de esperarse, el expresidente Donald Trump se impuso sin problemas en los caucuses republicanos realizados el jueves en Nevada, según proyecciones de NBC News.
De este modo, habría derrotado a su único contrincante en el proceso estatal, Ryan Binkley, y se llevaría los 26 delegados que otorga el Partido Republicano de Nevada camino a la nominación presidencial.
A nivel nacional, Trump necesita 1,215 delegados para proclamarse oficialmente como el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos.
Tras la celebración el martes de las primarias en Nevada, el estado llevó a cabo el jueves los caucuses republicanos, que son asambleas en las cuales los votantes registrados de ese partido deben acudir a una hora precisa para votar por su candidato.
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Durante décadas, Nevada celebró caucuses. Sin embargo, como esas citas solían provocar cierto caos, los legisladores estatales aprobaron en 2021 una ley que abandonaba ese modelo de votación y establecía que las autoridades estatales debían organizar primarias cuando hubiera más de un candidato.
No obstante, esa ley de 2021 tenía un vacío legal: aunque establecía que debía haber primarias, no especificaba cómo el Partido Republicano asignaría al ganador los delegados, que son quienes durante las convenciones de los partidos proclaman oficialmente al candidato tanto demócrata como republicano para las elecciones presidenciales.
Aprovechando esa laguna legal, Trump presionó al Partido Republicano de Nevada para que ignorara la ley estatal y siguiera con su tradición de caucuses, donde él podría proclamarse como vencedor absoluto.
Su mayor contrincante, la exembajadora de Estados Unidos ante la ONU y exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, no se presentó a los caucuses, sino que apareció en las papeletas de las primarias, que perdió ante la opción de "ninguno de estos candidatos".
Haley no podía competir tanto en las primarias como en los caucuses porque el Partido Republicano estableció que los candidatos debían elegir entre uno u otro.