Las imágenes son cada vez más frecuentes: en solo una semana, entre el 2 y el 9 de mayo, el gobierno de México repatrió a 303 cubanos a la isla a través de cuatro vuelos desde Tapachula, en el estado Chiapas, la región que se ha convertido en la tumba aspiracional de los caribeños que llegan a México en tránsito hacia Estados Unidos.
Las cifras han despegado de forma agresiva, sobre todo después de la reunión para la revisión de asuntos migratorios entre México y Cuba del 3 de mayo en La Habana.
Las cifras lo demuestran: entre enero y febrero sólo 8 cubanos fueron devueltos a la isla, en marzo la cifra llegó a 143 y entre abril y mayo 424, según reportes de prensa. Es decir este año han sido deportados 575 cubanos o retornos voluntarios, como los llama el Instituto Nacional de Migración.
Aunque los migrantes aseguran otra cosa. "Nos tienen escondidos para podernos deportar. No les interesan los papeles que tengamos", dijo un cubano.
Estos cubanos comparten así una celda en un centro de detención de Huehuetán, también en Chiapas, llevan varios días sin respuesta.
"Migración miente" es una denuncia recurrente también en el Centro Siglo XXI de Tapachula, ya conocido por sus siete fugas de detenidos en solo dos meses. Además de las paupérrimas condiciones higiénicas, de hacinamiento retratadas por migrantes que desde allí han escapado para denunciar también atropellos.