El presunto asesinato de una joven en San Francisco a manos de un inmigrante indocumentado que había sido deportado cinco veces ha avivado la discusión sobre los procesos de remoción y el trato, que algunos alegan, reciben los inmigrantes en las denominadas ciudades santuario.
Pero, para muchos, todavía es un misterio qué significa que una ciudad sea santuario y cómo se traduce tal calificación en la calidad de vida de quienes a ellas emigran.
Las ciudades santuario son lugares que resultan más favorables para la reinserción de inmigrantes y donde consiguen más apoyo de la comunidad.
Su nacimiento está atado a un movimiento de la década de los '80, en el momento que algunos sitios de Estados Unidos recibieron a nuevos habitantes que huían de la violencia y persecución en sus países de origen y que infructuosamente trataban de obtener protección estadounidense a través de la figura del asilo político.
En ese entonces, conceder el asilo representaba el reconocimiento implícito de las violaciones a los Derechos Humanos que eran cometidas por gobiernos aliados de Estados Unidos en Centroamérica.
La semilla del movimiento se sembró cuando en 1982 una iglesia en Tucson le dijo al gobierno que estaba dispuesta a violar leyes migratorias para ser un “santuario” que brindara protección a quienes, sin documentos, buscaban una nueva vida en Estados Unidos. Esa fue la primera de cientos de congregaciones que abrieron sus puertas a partir de esa decisión, muchas de ellas porque veían en el extranjero la imagen del “Cristo sufriente”.
El pionero de esta iglesia de Tucson fue el reverendo John Fife, quien tuvo claro desde el principio que las autoridades no podían irrumpir en centros religiosos.
EEUU
San Diego, Los Angeles, San Francisco, Miami, Chicago, Seattle, Houston, Phoenix, Austin, Dallas, Washington D.C., Detroit, Salt Lake City, Minneapolis, Baltimore, Portland, Denver y New York City son solo algunos de los sitios donde proliferaron los templos que fungieron como santuarios y que hoy tienen alta concentración de población extranjera.
La categorización de "ciudad santuario" puede darse por la decisión de una localidad de asumir posturas específicas frente a la inmigración indocumentada o puede ser también producto de reglas no escritas pero que en la práctica favorecen al inmigrante.
Por ejemplo, Chris García, alcalde de Cudahay en Los Ángeles busca formalizar su condición de santuario a través de una medida que emitió y quien dijo “con esto le decimos específicamente a ICE que conocemos sus leyes para detener indocumentados, pero Cudahy no va a gastar un centavo cooperando en las deportaciones”.
En medio de la controversia, voces que se oponen y apoyan a las ciudades santuarios se han hecho escuchar. El precandidato republicano Donald Trump dijo que son "una desgracia", mientras el congresista Luis Gutiérrez dijo que son la respuesta a un sistema de inmigración que está "roto".
La discusión sobre si la protección que ofrecen contraviene leyes o afecta a las poblaciones sigue en curso. El Senado discute actualmente una propuesta para recortar los fondos que reciben y para obligarle a cooperar con las autoridades federales.
También la Cámara Baja trabaja su propio proyecto de ley.
En un estudio reciente de Rasmussen Report, se dio a conocer que 62% de los encuestados están en contra de las ciudades santuarios y 58% es proclive a que se eliminen los fondos federales que reciben. Estas opiniones son más fuertes entre quienes se identificaron como prorepublicanos.