LOS ÁNGELES - Britney Spears se mostró opuesta a que su padre continuara como su tutor legal en 2014, citando sus problemas con el alcohol y un control excesivo, según una exclusiva publicada este martes por The New York Times.
El diario publicó una serie de informes judiciales inéditos horas antes de que la artista intervenga en un juzgado de Los Ángeles que decidirá el futuro de esta figura legal que controla todas las decisiones de su vida desde hace 13 años.
En 2014, el abogado de Spears, Samuel Ingham, afirmó que la artista tenía miedo a su padre y quería sacarlo completamente de la tutela.
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Dos años más tarde, otro informe indicó que la cantante sentía que la tutela se había convertido "en una herramienta opresiva y controladora en su contra” y que, según palabras de Spears, el sistema tenía "demasiado, demasiado control".
"Está harta de que se aprovechen de ella", escribió el investigador, cuya identidad no se devela en el artículo.
La estrella del pop expresó entonces que ella trabajaba y ganaba su dinero pero "todos los que la rodean están en su nómina".
Entre las revelaciones publicadas por The New York Times, llama la atención que Spears solo recibiera una paga semanal de $2,000 cuando protagonizaba un espectáculo fijo en Las Vegas que vendía millones en entradas. Su fortuna actual se estima en $60 millones.
El diario asegura que el control de su padre, Jamie Spears, es tal que incluso prohibió que renovara su cocina porque era demasiado cara.
Se desconoce si la audiencia de este miércoles se organizará bajo el mismo hermetismo y cuáles son las peticiones que la cantante expondrá en su intervención.
A principios de año, la corte estipuló que el padre no será el único tutor legal y deberá compartir todas las decisiones con un fondo de inversión elegido por Spears.
Por su parte, la abogada del progenitor, Vivian Lee Thoreen, aseguró que su voluntad es terminar con la tutela legal en cuanto se den las condiciones. "Si quiere terminarla, puede registrar una petición", consideró en una entrevista con la CNN.
Spears, de 39 años, accedió a que su padre se convirtiera en su tutor legal en 2008, un periodo marcado por un comportamiento errático en el que fue ingresada en un psiquiátrico y perdió la custodia de sus hijos.
Tiempo después la artista se rehabilitó, lanzó nuevos discos al mercado y protagonizó uno de los espectáculos más vistos de Las Vegas, pero la tutela nunca fue revocada.
La cantante de "Toxic" ha dicho que "no volverá a actuar" hasta que su padre abandone esa figura legal, puesta en entredicho por miles de seguidores de Spears que se manifiestan periódicamente con el lema "#FreeBritney" (Libertad para Britney) y cuyo interés mediático aumentó tras el estreno del documental "Framing Britney Spears", elaborado por The New York Times.