Cuando estamos bajo amenaza ciclónica son varios los peligros que nos acechan, la marejada ciclónica, la lluvia intensa, los vientos huracanados, pero ¿sabías que dentro de los organismos tropicales también pueden ocurrir tornados?
De hecho, estos son muy frecuentes dentro de sus bandas espirales, a cientos de millas del centro de circulación. El sureste de la Florida vivió una experiencia justo durante el huracán Ian. El sistema no impactó directamente nuestra área, sin embargo sí se sintió el efecto de sus bandas de alimentación, pues hubo reportes de 14 tornados en la zona.
El impulso de humedad constante en superficie proveniente del mar alimenta las tormentas. Al mismo tiempo el viento cambia de dirección con la altura y además se acelera. Estas variables crean un ambiente muy inestable que da paso a la rotación del viento en la base de la tormenta.
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Bajo las condiciones termodinámicas ideales, esa nube de embudo puede tocar la superficie y convertirse en un tornado que puede alcanzar vientos de entre 65-100 millas por hora y desplazarse varias millas de distancia.
Aunque los tornados asociados a los ciclones tropicales son usualmente de menor escala e intensidad, es una amenaza para la cual hay que estar preparados, ubicando en casa los lugares seguros que funcionen como refugio ante un posible impacto–como por ejemplo, un cuarto interior o un baño sin ventanas.